El Instituto Nacional de Migración (INM) de México dijo en un comunicado que disolvió la caravana al llegar a un acuerdo con sus organizadores y redirigir a las personas a sus oficinas del INM en el estado de Chiapas. El organismo también ayudó a los migrantes a obtener un documento para regularizar su estancia en el país.

La caravana, que según activistas de la migración podría ser una de las más grandes de la región en los últimos años, partió el lunes de la ciudad fronteriza del sur, Tapachula. Estaba formada por personas de Centroamérica, Venezuela, Haití y otros países, según el INM.

La desbandada de la caravana se produce tras la Cumbre de las Américas organizada por Estados Unidos, que se vio envuelta en la división tras la exclusión de algunos países latinoamericanos de izquierda. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros líderes del hemisferio occidental aprovecharon la reunión para anunciar una serie de programas para migrantes apoyados por varios países del hemisferio y España, prometiendo un enfoque más cooperativo.

Esas medidas incluyen el compromiso de Estados Unidos y Canadá de acoger a más trabajadores invitados, proporcionando vías legales para que la gente venga a trabajar, y que otros países acepten mayores protecciones para los migrantes. Pero algunos analistas se mostraron escépticos de que las promesas sean lo suficientemente significativas como para marcar una diferencia importante.

México también aceptará más trabajadores centroamericanos, según un comunicado de la Casa Blanca.