Musk, el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, y los inversores en la operación habían sugerido previamente que se alejara de la publicidad y buscara ingresos por suscripciones y otros medios. Los anunciantes también han dicho a Reuters que estaban recelosos de la adquisición.

"Se ha especulado mucho sobre el motivo de la compra de Twitter y sobre lo que pienso de la publicidad. La mayor parte ha sido errónea", dijo Musk en un tuit el jueves.

"Fundamentalmente, Twitter aspira a ser la plataforma publicitaria más respetada del mundo que fortalezca su marca y haga crecer su empresa".

Las ventas de publicidad representaron más del 90% de los ingresos de Twitter en el segundo trimestre, y Reuters informó a principios de esta semana que la empresa estaba luchando por mantener a sus usuarios más activos, que son vitales para el negocio.

Esto subraya el reto al que se enfrenta Musk, que visitó el miércoles la sede de Twitter en San Francisco y también insinuó ser el máximo responsable de la compañía al actualizar su biografía de perfil a "Chief Twit".

En sus tuits del jueves, Musk también dijo que quería que Twitter fuera "una plaza digital común, donde se pueda debatir una amplia gama de creencias de manera saludable, sin recurrir a la violencia".

El autodenominado "absolutista de la libertad de expresión" dijo en mayo que revertiría la prohibición de Twitter al ex presidente estadounidense Donald Trump, que fue retirado del sitio de microblogging en enero del año pasado por el riesgo de que se incitara más a la violencia tras el asalto al Capitolio de Estados Unidos.

La cuestión de la reincorporación de Trump a la plataforma de medios sociales se ha visto como una prueba de fuego de hasta dónde llegará Musk para realizar cambios, aunque el propio Trump ha dicho que no volvería.

La finalización del acuerdo de Twitter marcaría el fin de una saga de seis meses de duración. Las acciones de la compañía quedarán suspendidas de cotización el viernes, según indicó la página web de la Bolsa de Nueva York.