El presidente Vladimir Putin ha presentado la invasión de Ucrania como un punto de inflexión en la historia rusa: una revuelta contra la hegemonía de Estados Unidos, que según el jefe del Kremlin ha humillado a Rusia desde la caída de la Unión Soviética en 1991.

Ucrania -y sus partidarios occidentales- dicen que está luchando por su supervivencia contra un temerario acaparamiento de tierras al estilo imperial que ha matado a miles de personas, ha desplazado a más de 10 millones de personas y ha reducido franjas del país a terrenos baldíos.

En un claro intento de enviar un mensaje al Kremlin, John J. Sullivan, el embajador de Estados Unidos nombrado por el presidente Donald Trump, dijo a la agencia de noticias estatal rusa TASS que Washington y Moscú no deberían simplemente romper sus relaciones diplomáticas.

"Debemos preservar la capacidad de hablar entre nosotros", dijo Sullivan a TASS en una entrevista. Advirtió que no hay que retirar las obras de León Tolstoi de las estanterías occidentales ni negarse a tocar la música de Piotr Tchaikovsky.

Sus declaraciones fueron recogidas por TASS en ruso y traducidas al inglés por Reuters.

A pesar de las crisis, los escándalos de espionaje y las maniobras de riesgo de la Guerra Fría, las relaciones entre Moscú y Washington no se han roto desde que Estados Unidos estableció vínculos con la Unión Soviética en 1933.

Ahora, sin embargo, Rusia dice que su devaneo postsoviético con Occidente ha terminado y que se volverá hacia el este.

El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken bromeó el mes pasado diciendo que le gustaría dedicar a Putin la canción "We Are Never Ever Getting Back Together" de Taylor Swift.

Preguntado por ese comentario, Sullivan dijo: "Nosotros tampoco vamos a romper nunca del todo".

Cuando TASS le preguntó si la analogía significaba que las embajadas podrían cerrarse, Sullivan dijo: "Pueden - existe esa posibilidad, aunque creo que sería un gran error.

"Según tengo entendido, el gobierno ruso ha mencionado la variante de romper las relaciones diplomáticas", dijo. "No podemos romper las relaciones diplomáticas y dejar de hablarnos".

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha convocado a los jefes de la oficina de Moscú de los medios de comunicación estadounidenses para discutir el lunes lo que dice que son las repercusiones de las acciones inamistosas de Estados Unidos.

La negativa de la zarina Catalina la Grande a apoyar al imperio británico cuando Estados Unidos declaró su independencia sentó las bases para los primeros contactos diplomáticos entre Estados Unidos y San Petersburgo, entonces capital imperial de Rusia.

Tras la revolución bolchevique de octubre de 1917, el presidente Woodrow Wilson se negó a reconocer al gobierno revolucionario de Vladimir Lenin y la embajada estadounidense cerró en 1919. Las relaciones no se restablecieron hasta 1933.

"La única razón que se me ocurre para que Estados Unidos se vea obligado a cerrar su embajada sería si se volviera inseguro continuar su trabajo", dijo Sullivan.

Cuando se le preguntó cómo evolucionarían las relaciones, Sullivan, un abogado de 62 años, dijo que no lo sabía pero añadió que esperaba que algún día pudiera haber un acercamiento.

"Si tuviera que hacer una apuesta, diría que quizás no en mi vida".