Un vistazo a la jornada en los mercados europeos y mundiales de la mano de Wayne Cole.

Así que Japón no está en recesión después de todo. Las revisiones sitúan ahora el crecimiento económico en el +0,1% intertrimestral en el cuarto trimestre, en lugar del -0,1%, anulando así todas las lamentaciones de los medios de comunicación sobre la contracción de Japón.

Cuando se trata de unos 4 billones de dólares de PIB anual, una revisión tan pequeña no es más que ruido estadístico, pero encaja en la narrativa de estabilización que está animando al Banco de Japón a contemplar el fin de los tipos de interés negativos.

Cuatro fuentes afirman a Reuters que un número creciente de responsables políticos se está calentando a la idea de normalizar los tipos este mes ante las expectativas de fuertes subidas salariales en las negociaciones salariales anuales de este año.

Los futuros implican ahora una probabilidad del 53% de que el Banco de Japón cambie los tipos a cero en su reunión del 18/19 de marzo, aunque algunos siguen pensando que podría esperar a su reunión del 26 de abril.

Se habla de que también afinará el control de la curva de rendimientos para centrarse en el volumen de bonos que compra y no en el rendimiento, lo que presumiblemente le permitirá guiar gradualmente los rendimientos al alza y evitar un movimiento convulsivo.

Los rendimientos del JGB a dos años ya se han deslizado hasta máximos de 13 años del 0,2%, mientras que los rendimientos a 10 años sumaron 3 puntos básicos hasta el 0,765%, un gran movimiento para este mercado.

Hace tiempo que se teme que el aumento de los rendimientos de los JGB haga que los inversores japoneses guarden más de su montaña de dinero en casa, un potencial negativo para los mercados extraterritoriales dado que Japón es la mayor nación acreedora del mundo.

También podría hacer menos atractivo el carry trade del yen - tomar yenes prestados gratuitamente para invertir en divisas de mayor rendimiento - y avivar un repunte largamente esperado de la divisa japonesa.

Sin embargo, el Banco de Japón ha dejado claro que los tipos oficiales sólo irán a cero y que no habrá una serie de subidas, por lo que es probable que se exagere la muerte del carry trade.

Los altos rendimientos serán un quebradero de cabeza para el gobierno, que se enfrenta a una fuerte subida de los costes de endeudamiento, mientras que el BOJ se enfrenta a enormes pérdidas de papel en los JGB que posee.

Para la Reserva Federal, todas las miradas estarán puestas en el informe del martes sobre el índice de precios al consumo (IPC) de EE.UU. para febrero, que se prevé que suba un 0,4% en el mes y mantenga el ritmo anual estable en el 3,1%. Se prevé que la inflación subyacente aumente un 0,3%, lo que situará el ritmo anual en el 3,7%, el más bajo desde principios de 2021.

Se prevé que los precios de los coches usados y los alquileres tiren del IPC a la baja, mientras que los seguros y las tarifas aéreas podrían ir en sentido contrario.

La ralentización del subyacente complementaría las condiciones más suaves observadas en el informe de nóminas de febrero, donde el desempleo alcanzó un máximo de dos años del 3,9%, y mantendría a la Reserva Federal en la senda de recortar los tipos en los próximos meses.

Acontecimientos clave que podrían influir en los mercados el lunes:

- Participación de Piero Cipollone, miembro del consejo del BCE, en la reunión del Eurogrupo en Bruselas.

- Precios de producción interanuales de Francia para febrero (anterior -5,1%)