El gobierno burkinés se ha negado a comentar oficialmente las informaciones según las cuales envió esta solicitud a París el mes pasado.

En comentarios enviados por correo electrónico, la portavoz del ministerio francés confirmó que había recibido dicha carta, pero declinó dar más detalles o decir cómo había respondido.

"Efectivamente, hemos recibido una carta de las autoridades de transición burkinesas. No se trata de una práctica habitual y no tenemos ningún comentario público que hacer en respuesta", declaró.

El paradero y la situación del embajador francés Luc Hallade no pudieron ser confirmados inmediatamente. La embajada en Uagadugú declinó hacer comentarios.

La aparente expulsión señala un mayor deterioro de las relaciones entre Francia y Burkina Faso, una antigua colonia francesa en África Occidental donde Francia mantiene fuertes lazos y tiene destacadas fuerzas especiales.

Las protestas de los opositores a la presencia militar francesa han aumentado allí este año, en parte debido a la percepción de que Francia no ha hecho lo suficiente para hacer frente a una insurgencia islamista que se ha extendido en los últimos años desde la vecina Mali.

La prolongada inseguridad provocó inestabilidad política y golpes militares en agosto de 2020 y mayo de 2021 en Mali, y en enero de 2022 y septiembre de 2022 en Burkina Faso.

Turbas enfurecidas atacaron la embajada francesa, el centro cultural y la base militar en Burkina Faso el día del segundo golpe y el 18 de noviembre. Los manifestantes exigieron la salida de Francia y pidieron a las autoridades militares interinas que pidieran ayuda a Rusia para luchar contra los insurgentes, como en Mali.

A finales de diciembre, las autoridades burkinesas ordenaron a la alta funcionaria de la ONU Barbara Manzi que abandonara el país, acusándola de pintar un cuadro negativo de la situación de seguridad.