Eso es lo que dice el Kremlin.

Los dos países dijeron que los presidentes hablaron por teléfono dos días después de que Finlandia declarara su intención de unirse a la alianza occidental.

Moscú ha descrito eso como una amenaza a la seguridad que le obligará a responder.

Pero no ha especificado cómo.

La oficina de Niinisto dijo que le dijo a Putin que las exigencias de Rusia a finales de 2021, destinadas a impedir que los países se unan a la OTAN, y su invasión de Ucrania en febrero, han "alterado el entorno de seguridad de Finlandia".

Añadió que Finlandia quería manejar las relaciones con su vecino ruso de forma "correcta y profesional".

Moscú describió la llamada como un "intercambio franco de opiniones", normalmente un eufemismo diplomático para una conversación difícil.

Se espera que la oferta de adhesión de Finlandia sea seguida por un movimiento similar de Suecia.

Eso enfrenta a Putin exactamente a lo que dijo que quería evitar cuando lanzó lo que Moscú llama una "operación militar especial": una mayor expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia.