El gobierno de Moldavia, uno de los países más pobres y pequeños de Europa, había pedido ayuda para hacer frente a la llegada de cientos de miles de refugiados ucranianos que están poniendo a prueba las infraestructuras críticas.

La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, se comprometió a acoger a algunos refugiados durante un viaje a Moldavia hace dos semanas y el viernes estuvo en el aeropuerto de Fráncfort para dar la bienvenida a los primeros llegados.

"Nos encontramos en una situación en la que, a día de hoy, ya han huido de Ucrania 4 millones de personas y tenemos que asumir que esto va a subir a 8 ó 10 millones. Y ninguno de los países fronterizos puede asumir esto por sí solo", dijo Baerbock.

En el mes transcurrido desde que Moscú invadió el país, las tropas rusas han encontrado una fuerte resistencia y no han logrado capturar ninguna ciudad importante, pero alrededor de una cuarta parte de los 44 millones de ucranianos han sido expulsados de sus hogares, y 3,7 millones se han ido a otros países.

Otros países se están uniendo a Alemania para sacar a los refugiados de Moldavia, dijo.

"Nos han asegurado acuerdos para acoger a 14.000 personas en toda Europa".

Hasta ahora, Alemania ha acogido a unos 250.000 refugiados ucranianos, según declaró el viernes el canciller Olaf Scholz.

"Los países vecinos de Ucrania no pueden hacerlo solos. Necesitan nuestro apoyo y, sobre todo, necesitan el apoyo europeo y vemos que este puente aéreo puede funcionar", dijo la ministra del Interior, Nancy Faeser.