"La decisión del Gobierno de abandonar la mayoría de las medidas presupuestarias sin financiación propuestas en septiembre de 2022 ha reforzado las perspectivas fiscales del Reino Unido", declaró S&P.

S&P mantuvo su calificación AA para la deuda pública británica y ahora tiene una perspectiva "estable" para la calificación.

Bajo el mandato del primer ministro Rishi Sunak, el gobierno británico ha revertido la mayoría de las medidas de Truss, que el año pasado desataron un pánico en los mercados de bonos que obligó al Banco de Inglaterra a intervenir con miles de millones de libras en compras de bonos de emergencia.

La bajada de los precios de la energía ha mejorado las perspectivas económicas británicas -el Fondo Monetario Internacional revisó al alza sus previsiones la semana pasada-, aunque la presión sobre el gasto de los consumidores derivada de la continua inflación elevada hace que el FMI siga previendo que la economía británica se contraiga un 0,3% en 2023.

S&P dijo que esperaba que la producción económica británica cayera un 0,5% este año antes de crecer una media del 1,6% anual entre 2024 y 2026.

"Los riesgos económicos a la baja a corto plazo se han reducido. Dicho esto, prevemos que el crecimiento a medio plazo estará por debajo de las medias históricas", afirmó. "La situación económica sigue siendo frágil".

S&P también acogió con satisfacción el acuerdo de febrero entre Gran Bretaña y la Unión Europea sobre los acuerdos comerciales para la provincia británica de Irlanda del Norte, que sigue sujeta a las normas de la UE desde el Brexit debido a su frontera abierta con Irlanda.

"Aunque es improbable que el efecto económico directo a corto plazo sea significativo, el acuerdo podría ayudar finalmente a mejorar las relaciones entre el Reino Unido y la UE y, a su vez, augurar un buen futuro para el comercio británico con la UE y la actividad inversora relacionada", dijo S&P.