Sudáfrica, la segunda economía del continente, se ha visto duramente afectada por cuatro olas de infección que han matado a cerca de 94.000 personas y han infectado a 3,5 millones en el peor caso de África.

Los sucesivos cierres destinados a proteger a la población han provocado el cierre de miles de negocios, engrosando un ejército de desempleados mientras la tasa de paro de Sudáfrica alcanzaba récords en 2021.

"El apoyo presupuestario del Banco Mundial llega en un momento crítico para nosotros", dijo Dondo Mogajane, director general del Tesoro Nacional, en un comunicado.

Los fondos del préstamo para políticas de desarrollo ayudarán a cubrir un déficit de financiación derivado del gasto adicional en la crisis del COVID-19, añadió.