La economía rusa volverá a contraerse en 2023, aunque no tan gravemente como el año pasado, debido a los favorables precios de la energía y al aumento del gasto estatal, según las previsiones de Scope Ratings vistas por Reuters el martes.

Se espera que el PIB ruso disminuya un 0,8% este año, menos que el 4,0% previsto anteriormente por Scope Ratings. La economía se contrajo un 2,1% el año pasado, según informó en febrero el servicio federal de estadística ruso.

La cifra de Scope es más pesimista que la última previsión del Fondo Monetario Internacional de un crecimiento del 0,7% y que las proyecciones del gobierno ruso de un crecimiento del 1,2%. El presidente Vladimir Putin declaró la semana pasada que la economía rusa podría crecer hasta un 2% este año.

En 2024, el PIB ruso registrará un moderado repunte del 0,9%, reflejando una resistencia de la economía mayor de la esperada frente a las repercusiones de la guerra en Ucrania, señala Scope en su informe.

Los analistas de Scope afirmaron que el abultado gasto estatal estaba contribuyendo de forma significativa a sostener el crecimiento a corto plazo, lo que se tradujo en un aumento de los déficits presupuestarios.

Además, los déficits presupuestarios aumentarán aún más a medida que los menores precios mundiales de la energía reduzcan los ingresos por exportaciones de petróleo y gas en el contexto del tope de precios del petróleo del G7 y de la diversificación de la Unión Europea alejándose del gas natural ruso.

Scope prevé un déficit presupuestario del 3,8% del PIB en 2023, frente a la actual previsión oficial de Rusia de un déficit del 2%, antes de reducirse al 2,8% al año siguiente.

La persistente inflación sigue siendo un lastre para el crecimiento de Rusia. Según las estimaciones de Scope, la inflación se situará en torno al 6% de media en 2023.

"Las presiones subyacentes sobre los precios se ven exacerbadas por la escasez de mano de obra, resultante de la movilización de hombres en edad de trabajar para la guerra de Ucrania y la emigración acelerada que alcanzó un máximo de alrededor de 1,3 millones de personas en 2022", señala el informe de Scope.

La militarización de la economía también hace más difícil abordar los retos estructurales preexistentes exacerbados por la guerra, como la debilidad de la inversión, el bajo crecimiento de la productividad y las tendencias demográficas adversas, lo que, según Scope, limita el potencial de crecimiento de la economía rusa.

Scope Ratings ha mantenido conversaciones con el Banco Central Europeo para convertirse en una de sus agencias reconocidas, uniéndose así a Standard and Poor's, Moody's, Fitch y DBRS.