Gran Bretaña gobernó en su día más de la mitad de África. Muchos guardan un buen recuerdo de su monarca más longeva, que sonrió y saludó a multitudes en 20 países del continente durante sus 70 años de reinado.

Pero otros recuerdan los tiempos coloniales. Como el brutal aplastamiento en la década de 1950 de la rebelión Mau Mau de Kenia, cuando el sol se ponía en el imperio británico.

El keniano Gitu Wa Kahengeri, de 98 años, tenía 17 años cuando se unió a la rebelión contra el dominio británico.

Dice que llora a Elizabeth como ser humano, pero que no olvidará haber sido detenido en un campamento por las fuerzas británicas, golpeado y sin comida.

"Ocuparon mi tierra, mi derecho de nacimiento", dice.

"No soy partidario del olvido, por lo tanto diremos que está bien, que hicieron lo que hicieron, que han escrito una carta de arrepentimiento, que si quieren disculparse en el futuro pueden hacerlo. Pero no olvidaremos, yo personalmente no olvidaré que estuve encarcelada durante siete años, no puedo olvidar, que me pusieron junto a mi padre, no puedo olvidar que dejé a mis hijos durante siete años sin comida, sin educación, eso nunca lo olvidaré".

Isabel estaba de visita en Kenia a los 25 años con su marido Felipe cuando se enteró de la muerte de su padre, el rey Jorge VI, y de su acceso al trono en 1952.

Volvería muchas veces a África como reina.

El dibujante keniano Patrick Gathara animó a la gente a no olvidar el pasado colonial de Gran Bretaña.

"Hay una tendencia por parte de algunos a decir que bueno, el pasado es el pasado, sólo hay que ignorarlo, es una anciana simpática que ha pasado, pero también me anima el hecho de que hay -especialmente en Internet- un número bastante elevado de personas que se niegan a dejarse llevar por esto, estamos insistiendo en que, no - la historia tiene que ser contada tal y como es, tenemos que recordarla tal y como es y especialmente ahora cuando todos estos homenajes están fluyendo, cuando los fundamentos de esa historia están siendo establecidos que no aceptamos que sean borrados por más tiempo, nuestras historias tienen que ser incluidas las buenas y junto con las malas."

El ascenso al trono del rey Carlos también ha suscitado renovados llamamientos de políticos y activistas de las antiguas colonias del Caribe para que se destituya al monarca como su jefe de Estado, y para que Gran Bretaña pague reparaciones por la esclavitud.