SHANGHÁI, 23 mar (Reuters) - Las autoridades de la ciudad china de Shanghái han negado los rumores de un confinamiento de la ciudad después de que un sexto aumento consecutivo de los casos diarios de coronavirus asintomáticos elevara su recuento a niveles récord a pesar de una campaña de pruebas masivas destinadas a sofocar la propagación.

El último brote en la ciudad, un importante centro comercial de China, sigue siendo minúsculo en comparación con los estándares mundiales.

El Gobierno no ha modificado hasta ahora su campaña de pruebas diagnósticas, que supone encerrar a muchas personas encerradas en recintos residenciales durante días, ni la política nacional de "limpieza dinámica" para erradicar los brotes lo antes posible.

Los nuevos contagios diarios de COVID-19 en Shanghái se acercaron a los 1.000 el martes, pero las autoridades prometieron seguir con la táctica de examinar los barrios uno por uno, en lugar de cerrarlos por completo.

El responsable de salud de la ciudad, Wu Jinglei, dijo que varias calles y complejos residenciales habían sido desprecintados después de las pruebas, pero algunas áreas se enfrentan a otra ronda el miércoles y el jueves.

La ciudad está utilizando dos estadios como instalaciones de cuarentena para los casos leves y los portadores asintomáticos, añadió Wu en la sesión informativa del miércoles.

El municipio informó de 977 infecciones asintomáticas de transmisión interna el martes, según datos de la Comisión Nacional de Salud (CNS), frente a las 865 del día anterior.

También informó de cuatro casos locales con síntomas confirmados, que China contabiliza por separado, frente a los 31 del día anterior.

En toda la ciudad, mientras algunos recintos fueron desprecintados, otros permanecieron cerrados durante varios días más para tratar de eliminar las cadenas de transmisión. Algunos residentes dijeron que estarían precintados durante dos semanas después de que un vecino diera positivo.

(Reporte de David Stanway, Roxanne Liu, Stella Qiu, Yifan Wang, Brenda Goh y la sala de prensa de Shanghai; edición de Michael Perry, Robert Birsel, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdansk)