"Tendremos que evaluar cada proyecto caso por caso", dijo el presidente de Shell en el Reino Unido, David Bunch, en una conferencia en Birmingham. "Cuando se grava más se va a tener menos renta disponible en el bolsillo, menos para invertir".

El ministro británico de Finanzas, Jeremy Hunt, anunció la semana pasada planes para aumentar un impuesto extraordinario a los productores del Mar del Norte del 25% al 35%, ante la subida de los precios de la energía.

El impuesto, conocido como Energy Profits Levy (EPL), elevará los impuestos totales sobre el sector al 75%, entre los más altos del mundo. No obstante, permite deducir del impuesto la mayor parte de las inversiones en nuevos proyectos de petróleo y gas.

En un comunicado emitido el lunes, Shell afirmó que el EPL debería diseñarse para ofrecer incentivos que permitan hacer frente a la escasez de suministro de petróleo y gas, así como a las inversiones a más largo plazo en energías renovables.

Para alcanzar ese objetivo, la EPL debería incluir un "precio de respaldo" en caso de que el petróleo y los precios caigan bruscamente y también debería ampliarse para incluir inversiones en generación eólica, hidrógeno y tecnología de captura de carbono, dijo Shell.

Shell dijo a principios de este año que planea invertir entre 20.000 y 25.000 millones de libras en los próximos 10 años en la infraestructura energética de Gran Bretaña, incluyendo petróleo y gas, energía eólica marina, recarga de vehículos eléctricos e hidrógeno.

"El sector energético necesita tener confianza en que ahora habrá un clima de inversión estable tras un periodo de considerable incertidumbre", dijo Shell.