Spirit advirtió el mes pasado que corría el riesgo de incumplir sus pactos financieros después de que su mayor cliente, Boeing Co, pidiera al fabricante de piezas aéreas que redujera sustancialmente la producción de 737 este año debido a la crisis del coronavirus.

Spirit, con sede en Wichita, Kansas, que fabrica fuselajes para el 737 MAX, ha compartido una previsión con los prestamistas que mostraba que las entregas del 737 MAX en 2020 serían de unos 70, mucho menos que su previsión anterior de algo más de 200, según el informe.

Spirit espera que las entregas de 2021 del avión de fuselaje estrecho sean menos de la mitad de su anterior previsión de 400 aviones, según el informe de CNBC.

Para 2022, las nuevas estimaciones de entregas de 737 de Boeing se proyectaron en menos de 400 aviones, una disminución de una previsión anterior de casi 500.

Los beneficios de Spirit se han visto presionados después de que Boeing detuviera en enero la producción del otrora superventas 737 MAX. El avión quedó en tierra en todo el mundo en marzo de 2019 después de que dos accidentes mortales mataran a 346 personas.

Como resultado, Spirit se ha visto obligada a recortar miles de puestos de trabajo y a reducir su dividendo trimestral en un 90% a sólo 1 centavo por acción.

Tanto Spirit como Boeing no estaban disponibles para hacer comentarios.