La decisión del BCE fue bien recibida por la comunidad financiera, como demuestra la fuerte subida de los mercados de renta variable tras el discurso de Christine Lagarde. Lagarde dejó claro que el BCE espera a ver los efectos de su política antes de tomar nuevas decisiones. La hipótesis subyacente es que los tipos de interés se mantengan altos el tiempo suficiente para que tengan un impacto negativo en la inflación.
 
Por cierto, el BCE espera tiempos difíciles para estabilizar los precios. Y tanto peor si esto hunde a la economía europea en la recesión. Mientras tanto, las previsiones de crecimiento no son buenas, como muestra el siguiente gráfico:

Taux


¿Has dicho dot-plot?

En cuanto a la inflación en Estados Unidos, los últimos datos se ajustaron en líneas generales a las expectativas y no tuvieron un impacto significativo en la narrativa que detallamos AQUÍ. El IPC subyacente se situó en el 4,3% anualizado, frente al 4,7% de julio, mientras que el IPP anual se publicó en línea, en el 2,2%. Las peticiones semanales de subsidio de desempleo también estuvieron en línea con las expectativas, lo que respalda la teoría del "aterrizaje suave" de la economía estadounidense.

Puede que todo vaya bien en el mejor de los mundos, pero esta semana promete ser ajetreada, con sucesivas reuniones de la Fed y el Banco de Inglaterra. En otras palabras, los inversores aún tendrán mucho trabajo para deconstruir el lenguaje inherente al ejercicio. Aunque es probable que domine el statu quo, el nuevo gráfico de puntos revelará un poco más sobre las posiciones de cada miembro de la Reserva Federal y dará alguna indicación sobre una posible bajada de tipos ya en 2024. O no.