El rendimiento del capital puede calcularse de varias maneras:

  • Rendimiento de los fondos propios (ROE): Beneficio neto / fondos propios
  • Rendimiento del capital invertido (ROIC): NOPAT* / Capital invertido (capital empleado** - flujo de caja no operativo)
  • Rentabilidad del capital invertido (ROCE): Beneficio antes de intereses e impuestos / Capital invertido** (deuda a largo plazo + fondos propios)
  • * NOPAT = Beneficio neto de explotación después de impuestos.
  • ** También podemos utilizar los activos como base para el capital empleado, es decir, la suma de las necesidades de capital circulante (WCR) y los activos fijos.

Los puntos fuertes y débiles de la ROE

La rentabilidad de los fondos propios "return on equity" en inglés (ROE) mide la relación entre el beneficio neto y los fondos propios invertidos por los accionistas de la empresa. Este ratio se calcula dividiendo el beneficio neto entre los fondos propios de los accionistas. Expresado en porcentaje, indica la rentabilidad de la empresa y su capacidad para generar beneficios con el dinero invertido. 
 
Un ROE elevado indica, por tanto, una buena asignación de los recursos financieros para generar tesorería.  Una empresa utiliza el capital aportado por sus socios y los fondos prestados para invertir y dirigir su negocio. Una vez que la empresa obtiene beneficios, es importante determinar la eficacia de las inversiones realizadas. Esta es la función del ROE, que mide la eficacia de las inversiones realizadas, teniendo en cuenta únicamente los fondos aportados por los accionistas, e ignorando por tanto las deudas. Un ROE del 30% significa que 10.000 euros aportados por los socios o accionistas generan 3.000 euros de beneficio neto. Cuanto más eficiente sea la empresa, mayor será su ROE y más inversores atraerá.
 
Sin embargo, el ROE no tiene en cuenta los datos relativos al endeudamiento y la tesorería de la empresa. Una empresa puede recurrir a la deuda, lo que aumenta el ROE al producir un efecto de apalancamiento, aumentando así artificialmente la rentabilidad. Por ello, debe realizarse paralelamente un análisis del balance. 
 
Esto nos lleva a otros dos ratios de rentabilidad empresarial: el ROCE y el ROIC.

ROCE o ROIC, ¿cuál elegir?

El ROCE se basa en el capital empleado, que es más amplio que el capital invertido en el que se basa el ROIC. En consecuencia, el ROCE tiene un alcance más amplio que el ROIC , ya que el ROCE tiene en cuenta el capital total empleado, que es el total de la financiación mediante deuda y capital menos el pasivo circulante. El ROIC es más refinado y calcula el rendimiento de una empresa basándose en el capital que circula activamente dentro de la empresa. Por tanto, el ROCE ofrece una imagen más amplia de la rentabilidad de una empresa (utilizando el capital empleado, es decir, la deuda y los fondos propios menos el pasivo a corto plazo), mientras que el ROIC representa una imagen más granular de la rentabilidad generada (utilizando únicamente el capital realmente invertido). Otra diferencia importante es que el ROCE es una medida antes de impuestos (EBIT en el numerador) mientras que el ROIC es una medida después de impuestos (EBIT x (1-impuestos) en el numerador).

Para que una empresa sea rentable, su ROCE debe ser superior a su coste medio ponderado del capital (WACC en inglés pour Weighted Average Cost of Capital). En cambio, si utilizamos el ROIC, basta con que sea superior a cero para que la empresa sea rentable. Entonces decimos que la empresa está utilizando su capital de forma eficiente para generar beneficios.

Al igual que Terry Smith, prefiero utilizar el ROCE, porque este indicador de rentabilidad es más amplio y tiene en cuenta todo el capital utilizado, y no sólo los activos de explotación como hace el ROIC. El ROCE indica cuánto beneficio obtiene una empresa por cada euro de capital que ha utilizado.

Por otra parte, el ROIC puede manipularse con demasiada facilidad mediante técnicas contables como la depreciación agresiva o la recompra de acciones. El ROIC también puede verse afectado por las decisiones de inversión de una empresa. Por ejemplo, una empresa puede optar por invertir en proyectos a largo plazo con rendimientos bajos a corto plazo pero altos a largo plazo. Esto sin duda reduce el ROIC de la empresa a corto plazo, pero podría ser una buena decisión si las operaciones son transformadoras. El ROIC no tiene en cuenta los activos intangibles ni la inversión en capital humano. Éstos pueden contribuir a aumentar el flujo de caja a largo plazo, pero no se reflejan en el ROIC. 
 
El ROCE también tiene estos inconvenientes. Mide el rendimiento del capital en relación con el valor contable y no con el valor de mercado. Esto significa que a medida que se deprecian los activos, el ROCE sigue aumentando aunque los flujos de caja sigan siendo los mismos. 
 
Estos tres ratios son herramientas importantes para evaluar los resultados financieros de una empresa. Sin embargo, deben utilizarse conjuntamente para obtener una imagen completa de los resultados económicos y financieros de una empresa.

He aquí un resumen de estos dos ratios de rentabilidad:

Fuente: Investyadnya

Para saber más :