El caso presentado por Ucrania ante el tribunal de la ONU se centra en la interpretación de un tratado de 1948 sobre la prevención del genocidio, firmado tanto por Rusia como por Ucrania.

El tribunal se nombra en el propio tratado como el foro para resolver las disputas relacionadas con el mismo, y la demanda de Ucrania argumenta que Rusia ha malinterpretado el tratado de varias maneras.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha sugerido en discursos televisados que la invasión rusa de Ucrania -que él califica de "acción militar especial"- estaba justificada por la necesidad de "proteger a la gente que ha sido objeto de acoso y genocidio... durante los últimos ocho años" en el este de Ucrania.

La demanda de Kiev argumenta que no hay pruebas de que se haya producido o se vaya a producir un genocidio en el este de Ucrania. Pide al tribunal que establezca que "Rusia no tiene ninguna base legal para actuar en y contra Ucrania con el fin de prevenir y castigar cualquier supuesto genocidio".

No fue posible contactar con la embajada rusa en La Haya el viernes para que comentara cómo va a responder.

El equipo jurídico de Rusia se verá debilitado por la ausencia del francés Allain Pellet, que anunció su dimisión en una carta abierta publicada esta semana.

"Ya es suficiente", escribió Pellet, que estaba representando a Rusia en otros casos internacionales, incluida la demanda en curso de Ucrania contra Rusia en la CIJ por la anexión de Crimea en 2014.

"Se ha vuelto imposible representar en foros dedicados a la aplicación de la ley a un país que la desprecia tan cínicamente".

La CIJ es el más alto tribunal para resolver disputas entre Estados, y aunque los casos allí suelen tardar años en resolverse, tiene un procedimiento rápido para estudiar las solicitudes de "medidas provisionales" como las que ha pedido Ucrania.

El tribunal puede ordenar medidas provisionales para evitar que una situación empeore antes de examinar cuestiones más fundamentales, como si tiene jurisdicción, o el fondo de un caso.

Los países suelen seguir, aunque no siempre, las órdenes del tribunal, que son vinculantes.

Las audiencias están programadas para comenzar el lunes a las 10 de la mañana, hora local (0900 GMT), con la presentación del caso por parte de Ucrania. El martes está previsto que Rusia responda.