El magnate, Farhad Azima, ha demandado a Dechert por acusaciones de que uno de los socios del bufete con sede en Londres -Neil Gerrard, que desde entonces se ha retirado del bufete- organizó el robo de sus correos electrónicos y los filtró a la red antes de una demanda británica presentada en 2016.

Ahora, una declaración jurada del investigador privado británico Stuart Page ha ofrecido apoyo al caso de Azima, alegando que Gerrard ayudó a urdir una historia falsa que explicaría cómo consiguió una copia de los datos robados.

Dechert declinó hacer comentarios. Los representantes de Gerrard, que previamente había negado haber actuado mal, no devolvieron los correos electrónicos. Los abogados de Page no respondieron a los mensajes.

La declaración jurada de Page podría abrir una nueva ventana sobre cómo se utiliza a los piratas informáticos para ganar litigios de alto riesgo.

Una investigación de Reuters ha revelado previamente la existencia de un grupo de piratas informáticos con sede en India que trabajaban con ojos privados occidentales para piratear a partes implicadas en pleitos. Azima estaba entre los objetivos de los hackers.

Fue en 2016, poco después de que fuera objetivo de los hackers, cuando Azima fue demandado por uno de los clientes de Dechert, la Autoridad de Inversiones de Ras Al Khaimah (RAKIA), con sede en Emiratos.

El juez británico que juzgó ese caso en 2020 consideró que los correos electrónicos filtrados demostraban que Azima había incurrido en una "conducta gravemente fraudulenta" en sus tratos con RAKIA y le ordenó pagar una indemnización de 4,2 millones de dólares al fondo.

Azima ha luchado para anular la sentencia alegando que los correos electrónicos fueron robados por la parte contraria. Recientemente se le concedió un nuevo juicio en Gran Bretaña que debe comenzar el próximo año.

La declaración jurada de Page, presentada el miércoles en Manhattan, se presentó como parte de un esfuerzo de Azima por obtener pruebas de un asociado de RAKIA con sede en Estados Unidos.

En la declaración jurada, Page se disculpó por haber engañado al tribunal al afirmar durante el juicio de Londres que fue él quien alertó a Gerrard de los correos electrónicos filtrados de Azima después de que un periodista israelí al que conocía tropezara inocentemente con ellos durante una búsqueda en Internet.

En su nueva declaración jurada, Page dijo que lo que realmente ocurrió fue que él pasó el material a Gerrard después de que se lo hubiera proporcionado Amit Forlit, un investigador privado israelí contratado por Page. Page dijo que Forlit utilizó subcontratistas que emplearon "técnicas de pirateo informático" para obtener información.

Forlit dijo a Reuters que no tuvo nada que ver con el pirateo de Azima e insistió en que se limitó a encontrar los correos electrónicos "en la red".