Abd el-Fattah, uno de los principales activistas de la revuelta egipcia de 2011, fue detenido en 2019 y en diciembre fue condenado a cinco años de prisión acusado de difundir noticias falsas y se encuentra en su décimo día de huelga de hambre contra su detención y los presuntos abusos en prisión.

Su familia afirma que lleva dos años y medio encerrado en una celda sin luz solar, privado de libros y de ejercicio, tras ser condenado en un juicio injusto. Dicen que ha sufrido abusos y ha sido testigo de otros peores contra sus compañeros de prisión.

No fue posible contactar con las autoridades egipcias para que hicieran comentarios.

El gobierno egipcio ha negado anteriormente las acusaciones sobre las condiciones de las prisiones y ha defendido las decisiones judiciales frente a las críticas extranjeras, incluso sobre la condena de Abd el-Fattah.

Desde 2013, cuando el entonces jefe del ejército, Abdel Fattah al-Sisi, destituyó al presidente Mohamed Mursi, de la Hermandad Musulmana, se ha llevado a cabo una amplia represión de la disidencia política que ha arrastrado a liberales e izquierdistas, así como a islamistas. Los grupos de derechos humanos dicen que decenas de miles de personas han sido encarceladas.

Sisi, que llegó a la presidencia en 2014, dice que la seguridad y la estabilidad son primordiales y niega que haya presos políticos en Egipto.

Abd el-Fattah ya había sido encarcelado durante cinco años en 2014.

Su familia, que tiene un historial de activismo político, dijo en un comunicado que no exploró la opción de la ciudadanía británica hasta 2019, cuando "quedó claro que las prisiones de Sisi se negarían a liberar a nuestra familia y tuvimos que encontrar alguna manera de salir de este calvario imposible."

Dijeron que obtuvo la nacionalidad británica a través de su madre, nacida en Londres.

Como ciudadano británico, Abd el-Fattah reclama visitas a la cárcel de funcionarios consulares británicos y poder comunicarse con abogados en Gran Bretaña para que puedan tomar medidas legales contra las presuntas violaciones, dijo su familia.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores británico dijo que se había solicitado el acceso consular a un ciudadano británico, sin dar más detalles.