"Rusia debe detener estas operaciones y retirar sus fuerzas para poner fin a una guerra innecesaria que no puede ni ganará, por muy despreciables y desesperadas que sean sus tácticas", dijo el Departamento de Estado en un comunicado sobre el informe.

El informe, visto por Reuters antes de su publicación el viernes, documenta las detenciones y desapariciones de 226 personas en Kherson entre marzo y octubre, una cuarta parte de las cuales fueron presuntamente torturadas y cinco de ellas murieron bajo custodia o poco después.

La semana pasada, Rusia retiró sus tropas de una bolsa en la orilla occidental del río Dnipro, en Ucrania, que incluye Jerson, la única capital regional que había capturado desde la invasión de febrero.

El Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Escuela de Salud Pública de Yale que elaboró el informe es socio de un programa financiado por el Departamento de Estado llamado Observatorio de Conflictos, lanzado en mayo para captar y analizar pruebas de crímenes de guerra y otras posibles atrocidades perpetradas por Rusia en Ucrania.

Rusia niega que sus tropas ataquen a los civiles o que hayan cometido atrocidades.

Nathaniel Raymond, director ejecutivo del laboratorio, dijo que el informe corrobora las advertencias de Estados Unidos antes del conflicto sobre el uso ruso de listas de captura y muerte contra civiles.

"Esta es la prueba más contundente de que eso está ocurriendo", dijo Raymond.

FUENTES ABIERTAS

El informe, que se basó en fuentes de información abiertas, dijo que la mayoría de los 226 fueron detenidos por los militares rusos o por el FSB, el servicio de seguridad nacional ruso que envió oficiales a las regiones de Ucrania que Moscú invadió.

El informe citaba múltiples fuentes que decían que las fuerzas de seguridad rusas tenían listas con los nombres de las personas detenidas y los números de las matrículas, así como otra información.

Algunas fuentes del informe no fueron identificadas para protegerlas. Los investigadores también identificaron 12 lugares utilizados para la detención y el interrogatorio en Kherson y Crimea.

Al menos 55 de las detenciones o desapariciones denunciadas incluyen acusaciones de trato que podría constituir tortura según el derecho internacional, según el informe, incluyendo palizas, simulacros de ejecución y ruleta rusa, descargas eléctricas y tortura de familiares.

Varias personas denunciaron haber sido torturadas para obtener información sobre la posición de las unidades militares de Ucrania. Otros dijeron que se les preguntó sobre el liderazgo de los movimientos de protesta o de los grupos de la oposición o que se les torturó para que confesaran un delito, según el informe.

Sesenta funcionarios del gobierno se encontraban entre los detenidos o desaparecidos, según el informe, así como 32 personas que se identificaban como tártaros de Crimea, el grupo turco musulmán autóctono de la península del Mar Negro.