Proteger los bosques del mundo es fundamental para los esfuerzos por limitar el calentamiento global provocado por el hombre para mediados de siglo, y en las conversaciones sobre el clima de la COP26 en noviembre, 141 países se comprometieron a detener y revertir la pérdida de bosques para 2030.

Al mismo tiempo, más de 30 instituciones financieras con casi 9 billones de dólares en activos dijeron que se propondrían eliminar la deforestación provocada por las materias primas de sus carteras para 2025.

Gran Bretaña ya ha convertido en una responsabilidad legal para las empresas asegurarse de que no hay deforestación ilegal en sus cadenas de suministro, y la Unión Europea y Estados Unidos están estudiando una legislación similar.

Las empresas también se enfrentan a las amenazas directas de la deforestación, ya que agrava los impactos climáticos, impulsa la pérdida de biodiversidad y afecta a los suministros de agua, lo que puede afectar a las condiciones de crecimiento de los cultivos de productos básicos, a los suministros y a los precios.

En su informe anual "Forest 500", Global Canopy afirma que sólo el 28% de las empresas que producen, utilizan, comercian o venden materias primas cuentan con políticas integrales que cubren todas aquellas a las que están expuestas.

Entre 150 de las principales instituciones financieras del mundo que financian a las empresas por valor de 5,5 billones de dólares, sólo el 38% tenía una política clara para abordar la deforestación, añadió.

"El año pasado se produjo una acción política sin precedentes, ya que más de 140 gobiernos reconocieron la necesidad urgente de proteger los bosques, pero la mayoría de las empresas e instituciones financieras con mayor capacidad para frenar la deforestación están haciendo poco o nada", afirmó Niki Mardas, directora ejecutiva de Global Canopy.

"A medida que los gobiernos de los principales consumidores empiezan a traducir estos compromisos en una legislación dura y rápida, las empresas que no se han tomado en serio la deforestación están lamentablemente mal preparadas y se enfrentan a riesgos reales".

Entre las empresas señaladas por no tener ninguna política se encuentran TJX Companies, propietaria de las tiendas T.J. Maxx, y Capri Holdings, propietaria de las marcas de moda Versace, Jimmy Choo y Michael Kors, según el informe.

TJX dijo que aunque no tiene actualmente una política formal de deforestación, tiene un trabajo en marcha sobre el tema como parte de su programa de sostenibilidad ambiental.

Capri Holdings no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.