Las nuevas normas, que Kellogg impugnó por primera vez en abril, impedirían que algunos de los cereales de desayuno de la empresa se expusieran de forma destacada en las tiendas de comestibles por su alto contenido en azúcar.

Según el gobierno, las normas forman parte de su estrategia para atajar la obesidad infantil. En octubre introducirán restricciones a la promoción, en supermercados y en línea, de alimentos clasificados como ricos en grasa, azúcar o sal.

El fabricante de Frosties y Coco Pops ha contraatacado diciendo que los cereales casi siempre se toman con leche, lo que cambia el "valor nutricional completo" de la comida.

"El argumento de Kellogg no es que sus productos sean en sí mismos más bajos en grasa, azúcar o sal; es que deben valorarse en combinación con otros alimentos e ingredientes, concretamente la leche semidesnatada".

"Al menos el 21% de los consumidores de "Frosties" son niños de entre 0 y 15 años... La sugerencia de que los "Frosties" no deben considerarse un producto menos saludable debido al valor nutricional de la leche con la que pueden consumirse es sorprendente", dijo el juez Thomas Linden en un escrito sobre el caso.

Kellogg no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.