Zambia lleva en mora desde 2020, cuando se convirtió en una de las primeras víctimas soberanas importantes de la pandemia del COVID-19, pero sus esperanzas de reestructurar lo que supone más de 18.000 millones de dólares de deuda se han visto obstaculizadas por las preocupaciones de sus principales acreedores, incluida China, sobre la magnitud del alivio necesario.

Esta semana, el gobierno y el "comité de acreedores del sector oficial" de Zambia, copresidido por China y Francia, celebraron su primera reunión oficial en más de un año, y se informó de que se habían realizado progresos en varios ámbitos.

"Esperamos presentar una propuesta de reestructuración al (comité) oficial de acreedores muy pronto", declaró a Reuters Melissa Butler, de White & Case, el bufete de abogados que asesora a Lusaka en la reestructuración, y añadió que eso significaba las "próximas semanas".

"Queremos empezar a hablar de propuestas concretas sobre cómo sería el alivio de la deuda".