Zambia se convirtió en 2020 en el primer país africano en impagar su deuda soberana durante la pandemia del COVID-19 y desde entonces ha luchado en prolongadas discusiones para llegar a un acuerdo.
"Zambia ha alcanzado un acuerdo sobre un tratamiento de la deuda con nuestros acreedores oficiales: un hito significativo en nuestro camino hacia la recuperación económica y el crecimiento", declaró en Twitter el presidente zambiano, Hakainde Hichilema.
El acuerdo prevé la reprogramación de la deuda de Zambia en más de 20 años con un periodo de gracia de tres años durante el cual sólo se deberán pagar los intereses. China es el mayor acreedor oficial de Zambia.
La deuda destinada a la reestructuración incluye 1.300 millones de dólares en atrasos, y se espera que los acreedores del sector privado hagan lo mismo con los 6.800 millones de dólares que se les adeudan, según un funcionario francés que no quiso ser identificado.
Zambia está considerada como un caso de prueba para un marco de reestructuración de la deuda respaldado por el Grupo de los 20 países ricos que pretende agilizar el alivio a los países atrapados en una crisis de la deuda del mundo en desarrollo provocada en parte por la pandemia.
Sin embargo, el proceso ha sido dolorosamente lento para Zambia, un hecho que ha desanimado a todos los demás gobiernos en apuros, salvo a un puñado, a solicitar ayuda al amparo del mecanismo.
Pekín estaba deseoso de que no se le viera retrasando aún más el alivio de la deuda para Zambia en la cumbre, dijo el funcionario francés, añadiendo que las conversaciones del presidente francés Emmanuel Macron con las autoridades chinas en Pekín en abril también ayudaron a desbloquear la situación.
Macron afirmó en Twitter que el acuerdo de reestructuración de la deuda era "un logro histórico".
"Seguimos movilizados para garantizar que otros países atrapados en la trampa de la deuda se beneficien de una respuesta multilateral", añadió Macron.
El acuerdo de reestructuración con los acreedores oficiales allana el camino para que Zambia reciba otro tramo de 188 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, parte de un paquete de 1.300 millones de dólares aprobado en agosto de 2022.
Este acuerdo allana el camino para la finalización de la primera revisión del Acuerdo de Servicio de Crédito Ampliado de tres años de Zambia, que está ayudando a poner a Zambia en la senda del crecimiento económico sostenible y la reducción de la pobreza", declaró Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, en una declaración escrita.
La magnitud del alivio de la deuda que Zambia necesita ha sido motivo de preocupación para algunos de los principales acreedores del país.
Algunos funcionarios occidentales han acusado a China -el mayor acreedor bilateral de Zambia- de dar largas a las conversaciones de reestructuración, algo que Pekín niega.
De los 6.300 millones de dólares de deuda con organismos gubernamentales, 4.100 millones se debían específicamente al Banco de Exportaciones e Importaciones de China, lo que según los analistas subraya la importancia del apoyo chino al acuerdo de alivio de la deuda.
"Me complace que la comunidad internacional se haya unido para apoyar a Zambia en estos momentos de necesidad", declaró en un comunicado la Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.
"Insto a todos los acreedores oficiales bilaterales y del sector privado a que finalicen rápidamente el proceso de reestructuración de la deuda que proporcionará alivio a las familias zambianas y fomentará la inversión privada necesaria para reactivar la economía."
El zambiano Hichilema fue uno de los cerca de 40 líderes que asistieron el jueves y el viernes a una cumbre en Francia destinada a aliviar la carga de la deuda de algunos de los países más vulnerables del mundo, al tiempo que se liberan miles de millones de dólares en nuevos fondos para la financiación de la lucha contra el cambio climático.
Los bonos internacionales de Zambia cotizaron en general planos el viernes, pero han repuntado en los últimos meses, con la emisión de 2024 alcanzando un máximo de nueve meses en las primeras operaciones. (Reportaje de Leigh Thomas; Información adicional de Chris Mfula en Lusaka, Jorgelina do Rosario en Londres, Nellie Peyton en Johannesburgo y Dan Whitcomb en París; Redacción de Karin Strohecker, Edición de Deepa Babington y Susan Fenton)
