El presidente ejecutivo de Activision Blizzard, fabricante de "Call of Duty", Bobby Kotick, se presentó el miércoles ante una juez federal para pedirle que permita que su empresa sea comprada por Microsoft por 69.000 millones de dólares.

Kotick dijo que cualquier esfuerzo por hacer que "Call of Duty" sea exclusivo de una plataforma, como los críticos de Microsoft han dicho que podría ocurrir, alienaría a unos 100 millones de personas que juegan al juego cada mes.

"Se produciría una revuelta si se retirara el juego de una plataforma", dijo Kotick.

Dijo que retirar "Call of Duty" de PlayStation, fabricada por el grupo Sony, sería "muy perjudicial" para el negocio de Activision.

La Comisión Federal de Comercio ha pedido a un juez que detenga temporalmente la adquisición de Microsoft para permitir que el juez interno de la agencia decida sobre el caso. En el pasado, la parte que perdía en el tribunal federal solía ceder y se desechaba el proceso interno.

Gran parte del testimonio en el juicio se ha centrado en "Call of Duty" de Activision, uno de los videojuegos más vendidos de todos los tiempos. Hoy en día está disponible en smartphones, múltiples consolas y en ordenadores de sobremesa.

Kotick dijo que había considerado la posibilidad de que "Call of Duty" estuviera disponible en la Switch de Nintendo, pero decidió no hacerlo porque pensó que la consola no sería un gran éxito de ventas. "Cometí un error de juicio", dijo.

El consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella, tiene previsto declarar el miércoles por la tarde ante la jueza Jacqueline Scott Corley en un tribunal federal.

La FTC, que vela por el cumplimiento de la ley antimonopolio, ha adoptado una línea más dura respecto a las fusiones durante la administración Biden. La agencia afirma que la transacción daría a Microsoft, que fabrica la consola Xbox, acceso exclusivo a los juegos de Activision, dejando fuera a Nintendo y Sony Group.

Para hacer frente a las preocupaciones antimonopolio, Microsoft se ha ofrecido a conceder licencias de "Call of Duty" a sus rivales. También ha argumentado que le conviene financieramente conceder la licencia de los juegos a todos los rivales.

El acuerdo ha obtenido la aprobación de muchas jurisdicciones, pero ha contado con la oposición de la FTC en Estados Unidos y de la Autoridad de Competencia y Mercados británica.