El sistema bancario nacional de Irlanda sigue teniendo capacidad suficiente para absorber, en lugar de amplificar, una fuerte caída de las valoraciones de los inmuebles comerciales, según afirmó el martes el banco central del país en una nueva evaluación del sector.

Al igual que en los mercados inmobiliarios comerciales (CRE) mundiales, los precios en Irlanda empezaron a caer en 2020 debido a los cambios relacionados con la pandemia, como el aumento del trabajo a distancia. El descenso se ha acelerado desde la subida de los tipos de interés mundiales en 2022.

Las valoraciones del CRE irlandés han caído un 27% estimado desde finales de 2019 y el banco central planteó la posibilidad de más caídas en el futuro, con el mercado de oficinas de Dublín experimentando uno de los mayores aumentos en las tasas de vacantes en Europa con un 17%.

Los riesgos parecen especialmente agudos en el mercado de oficinas, donde los alquileres pueden no haberse ajustado aún plenamente a las prácticas laborales posteriores a la pandemia, añadió el regulador.

Los bancos irlandeses, sin embargo, están mucho menos expuestos que hace 15 años, cuando los préstamos CRE representaban más de un tercio de sus libros de préstamos y contribuyeron a empujar a Irlanda a un rescate internacional. Esa exposición ha caído desde entonces a alrededor del 10% y el banco central dijo que los criterios de suscripción también son ahora más prudentes.

Afirmó que, hasta la fecha, el sistema bancario ha absorbido el impacto de los precios de forma ordenada, y que los principales indicadores de riesgo bancario aún no apuntan a un aumento significativo de los problemas de los prestatarios.

Dado que se espera que el sistema bancario siga siendo rentable, el banco central afirmó que no será necesario utilizar los colchones de capital para absorber pérdidas en el caso central de una prueba de tensión inversa que realizó como parte del estudio.

También dijo que el choque no justificaba un cambio en el colchón de capital anticíclico (CCyB) - la cantidad de capital que los bancos deben reservar como protección extra contra futuras crisis - que el banco central mantuvo en el 1,5% en una revisión bianual.

No obstante, el regulador advirtió de que la posibilidad de que se produzcan más dificultades relacionadas con la CRE era un riesgo destacado a corto plazo que los bancos debían gestionar y que existen vulnerabilidades dentro del sector no bancario que vigilará de cerca. (Reportaje de Padraic Halpin en Dublín Edición de Matthew Lewis)