TAP dijo que obtuvo un beneficio neto de 65,6 millones de euros (70,4 millones de dólares) en 2022, frente a una pérdida neta de 1.600 millones de euros un año antes, cuando estaba sintiendo los efectos de la pandemia.

En 2022, TAP voló con 13,8 millones de pasajeros, por encima de los 5,8 millones del año anterior y cerca del 81% de los niveles anteriores a la pandemia.

Actualmente, la aerolínea se está reestructurando en el marco de un plan de rescate de 3.200 millones de euros aprobado por Bruselas, que incluye la reducción de su flota, el recorte de miles de puestos de trabajo y la reducción de los salarios de la mayoría de los trabajadores. Según el plan, TAP pretendía lograr resultados operativos positivos en 2023 y un beneficio neto anual en 2025.

Los ingresos de explotación de TAP aumentaron a 3.500 millones de euros en 2022 desde los 1.390 millones de euros del año anterior. Los beneficios recurrentes antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (EBITDA) fueron de 777,7 millones de euros, frente a los 999 millones de euros negativos de 2021.

"Durante el primer año completo del plan de reestructuración, TAP generó un beneficio operativo que supone un récord histórico para la compañía", declaró en un comunicado la consejera delegada saliente, Christine Ourmieres-Widener.

La empresa consiguió ser rentable a pesar de que los costes de combustible se triplicaron con creces en 2022 con respecto al año anterior, hasta alcanzar los 1.000 millones de euros.

El gobierno ha dicho que estaba considerando una venta total o parcial de la aerolínea, con Lufthansa, Air France-KLM y el propietario de British Airways, IAG, vistos como compradores potenciales.

A principios de febrero, el ministro de Finanzas portugués, Fernando Medina, declaró que el gobierno estaba realizando los trabajos preliminares necesarios para iniciar el proceso de privatización.

(1 dólar = 0,9324 euros)