Macron, que llegó a Pekín a última hora del miércoles, dijo a los periodistas que Europa debe resistirse a reducir los lazos comerciales y diplomáticos con Pekín, que está enfrentado a Occidente por cuestiones como Taiwán, las tecnologías sensibles y los estrechos vínculos de China con Rusia.

Von der Leyen dijo antes de su viaje que Europa debe "des-riesgar" sus relaciones con Pekín, ya que China ha pasado de una era de reforma y apertura a otra de seguridad y control.

Las relaciones de Europa con China se han agriado en los últimos años, principalmente debido a un pacto de inversión que se estancó en 2021 y a la negativa de Pekín a condenar a Rusia por su invasión de Ucrania.

Pero tras años de escasa actividad diplomática mientras los controles fronterizos cerraban en gran medida el país al resto del mundo, China está ansiosa por asegurarse de que Europa no siga lo que considera esfuerzos liderados por Estados Unidos para contener su ascenso.

Al menos para la visita de Macron, hay grandes expectativas en Pekín.

"Se espera que la visita de Macron produzca resultados concretos en el fomento de la cooperación económica y comercial entre China y Francia, así como que aumente la confianza política mutua", escribió el jueves el medio de comunicación estatal Global Times en un editorial.

"Cabe señalar que diversas fuerzas en Europa y Estados Unidos están prestando mucha atención a la visita de Macron y ejerciendo influencia en diferentes direcciones", escribió el Global Times. "En otras palabras, no todo el mundo desea que la visita de Macron a China se desarrolle sin problemas y con éxito".

Macron se reunirá primero con el recién nombrado primer ministro Li Qiang en el Gran Salón del Pueblo, antes de que Li se dirija a un "almuerzo de trabajo" con von der Leyen, que estará en su primer viaje a China desde que se convirtió en presidenta de la Comisión Europea a finales de 2019.

Por la tarde, Macron y von der Leyen mantendrán por separado conversaciones con el presidente Xi Jinping antes de que los tres mantengan conversaciones trilaterales por la noche.

Tanto Macron como von der Leyen han dicho que quieren persuadir a China de que utilice su influencia sobre Rusia para lograr la paz en Ucrania, o al menos disuadir a Pekín de apoyar directamente a Moscú en el conflicto. Rusia califica la invasión de Ucrania de "operación militar especial".

También se espera que Macron, que viaja con una delegación empresarial de 50 personas que incluye a Airbus, el gigante del lujo LVMH y el productor de energía nuclear EDF, anuncie acuerdos con China.

Pero no todo el mundo en su país cree que sea una buena señal.

"Tres cuartas partes de la delegación son líderes empresariales: el objetivo es ante todo firmar contratos", escribió en Twitter el eurodiputado de izquierdas Raphael Glucksmann antes de la visita de Macron. "En un momento en que el debate en Europa se centra en nuestra dependencia suicida de China y en la injerencia china, el mensaje es inoportuno".