Se espera que el gobierno holandés presente el jueves los planes iniciales para evitar que la mayor empresa del país, ASML, traslade sus operaciones fuera de Holanda, debido a preocupaciones que van desde las políticas antiinmigración hasta los problemas de infraestructuras.

El fabricante de equipos de semiconductores ASML, la mayor empresa tecnológica de Europa, conmocionó al gobierno holandés para que tomara medidas después de que su consejero delegado, Peter Wennink, hiciera públicas sus quejas sobre la política, incluido el fin de una exención fiscal para inmigrantes cualificados que dificultaría a la empresa la contratación de personal vital.

ASML también dijo que el gobierno no ha invertido adecuadamente para mejorar la infraestructura en el floreciente centro tecnológico de Eindhoven, donde tiene su sede, desde carreteras hasta viviendas y mejoras en la red eléctrica.

Los detalles del plan apodado "Operación Beethoven" se han filtrado en la prensa holandesa, citando borradores de documentos.

El periódico holandés Algemeen Dagblad informó de que el plan incluye el restablecimiento de la exención fiscal para los emigrantes cualificados y la reserva de entre 1.000 y 1.300 millones de euros (entre 1.400 y 1.400 millones de dólares) para el desarrollo de la región de Eindhoven.

Un portavoz del ministerio de Asuntos Económicos dijo que los detalles no podrían confirmarse hasta después de una reunión del gabinete que tendrá lugar más tarde el jueves.

Una encuesta de Reuters realizada este mes entre empresas holandesas de primer orden reveló que más de una docena estaban considerando trasladar sus operaciones fuera de Holanda. Muchos se quejaron de que, después de que los partidos populistas obtuvieran importantes ganancias en las elecciones nacionales del pasado noviembre, el parlamento ha estado impulsando políticas sin tener en cuenta el impacto a largo plazo.

Las conversaciones sobre un nuevo gobierno de derechas avanzan lentamente, obligando al gobierno provisional del primer ministro saliente, Mark Rutte, a actuar.

Además de las medidas contra la inmigración, las empresas se oponen a un nuevo impuesto sobre la recompra de acciones, a los límites a la deducibilidad fiscal de las inversiones y se quejan de que la política es demasiado impredecible.

Shell y Unilever trasladaron sus sedes a Londres después de que el gobierno holandés se viera obligado en 2018 a incumplir la promesa de eliminar un impuesto sobre la retención de dividendos. (1 dólar = 0,9270 euros)