Atara Biotherapeutics, Inc. alabó el segundo estudio de alto impacto de este mes que consolida al VEB como el principal impulsor del desarrollo de la EM. El artículo, titulado Clonally Expanded B Cells in Multiple Sclerosis Bind EBV EBNA1 and GlialCAM, se publicó en la revista Nature. La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica crónica que afecta a unos 2,8 millones de personas en todo el mundo, de las cuales unas 900.000 en EE.UU. La esclerosis múltiple se debe a la activación anormal de las células inmunitarias y a la consiguiente inflamación, que daña y, en última instancia, destruye la vaina protectora de mielina que rodea las fibras nerviosas en el sistema nervioso central (SNC). Aunque la genética y los factores ambientales desempeñan un papel, hace tiempo que se postula que el VEB desencadena que las células inmunitarias de los pacientes ataquen erróneamente la mielina. El estudio de Nature se suma a la conexión epidemiológica conocida entre el VEB y el SM al proporcionar una base mecánica sobre cómo la infección por el VEB puede desencadenar que las células inmunitarias de los pacientes ataquen el tejido propio en el SNC. Estos hallazgos validan el mimetismo molecular como uno de los principales mecanismos de la EM mediada por el VEB, que se produce cuando los fragmentos del virus comparten similitudes de secuencia o estructurales con ciertas proteínas del cerebro. El sistema inmunitario puede confundir estas autoproteínas con el VEB. Estos nuevos datos revelan cómo la infección por el VEB puede impulsar el desarrollo de anticuerpos que se dirigen tanto al VEB como a las proteínas del SNC, lo que podría conducir a la EM. Los investigadores identificaron un tipo de anticuerpo aislado del líquido cefalorraquídeo (LCR) de los pacientes con EM, que se une fuertemente a una proteína del VEB, la EBNA1, y presenta una reacción cruzada con la proteína GlialCAM del sistema nervioso central. La GlialCAM es una molécula de adhesión celular que se expresa en una variedad de células cerebrales, incluidos los oligodendrocitos que son responsables de la producción de mielina, así como en el exterior de las vainas de mielina. Se descubrió que esta reactividad cruzada de anticuerpos entre el VEB y las autoproteínas era resultado del mimetismo molecular debido a las similitudes clave entre GlialCAM y EBNA1. El grupo también demostró que la inmunización con EBNA1 en un modelo de ratón de EM exacerbó la enfermedad y generó una fuerte respuesta de anticuerpos contra GlialCAM y EBNA1, aumentando la infiltración de células inmunes y la desmielinización que son dos características distintivas de la patología de la EM humana. El artículo de Nature complementa los hallazgos de una segunda publicación, Longitudinal analysis reveals high prevalence of Epstein-Barr virus associated with multiple sclerosis (Análisis longitudinal revela una alta prevalencia del virus de Epstein-Barr asociada a la esclerosis múltiple), publicada recientemente en la revista Science, y proporciona en conjunto nuevos datos epidemiológicos y moleculares que confirman el papel del VEB en el desencadenamiento y el impulso de la fisiopatología de la EM. El estudio basado en cohortes aportó pruebas epidemiológicas convincentes de que la infección por el VEB precede a la aparición de la EM. El estudio analizó 62 millones de muestras de suero y siguió a más de 10 millones de individuos del ejército estadounidense durante un período de 20 años (1993-2013), mostrando un aumento de 32 veces en el riesgo de EM después de la infección por el VEB. De los 801 casos de EM identificados, 35 eran negativos al VEB al inicio y todos menos uno se volvieron positivos al VEB antes de la aparición de la EM, lo que supone una tasa de seroconversión del 97% frente al 57% entre los individuos que no desarrollaron la EM. Las concentraciones séricas de la cadena ligera de neurofilamentos (sNfL), un biomarcador sensible para el daño de las fibras nerviosas, sólo aumentaron después de la infección por el VEB, lo que indica que la infección por el VEB precedió no sólo a la aparición de los síntomas sino también al momento de los primeros mecanismos patológicos detectables subyacentes a la EM. No se encontró que otras infecciones virales, como el CMV, aumentaran el riesgo de EM y se descartaron como factor contribuyente en el desarrollo de la EM.