El operador de boleras, que salió a bolsa tras una década de reestructuración, publicó ayer sus resultados anuales.
Las ventas aumentan un 16%, pero este crecimiento se debe principalmente a las adquisiciones. Para el año que viene, la dirección prevé idénticas "same store sales". El margen de explotación es del 19%.
La falta de crecimiento orgánico no impide a Bowlero seguir pensando a lo grande. Con 328 centros, es el primer operador estadounidense, muy por delante de su competidor más próximo, que tiene seis veces menos. Esto deja un vasto margen para la consolidación.
Se calcula que hay entre 500 y 1.000 centros en la cartera de posibles adquisiciones, además de 200 oportunidades de nueva construcción; a esto hay que añadir que la mitad de los centros gestionados por Bowlero están pendientes de renovación, y que cobrarán tarifas de acceso más elevadas una vez concluidas estas renovaciones.
El grupo empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York a 10 dólares por acción a raíz de la pandemia. Por el momento, está destinando todo su flujo de caja operativo -e incluso más- a renovaciones, aperturas y adquisiciones. Para ello, ha tenido que endeudarse mucho, hasta el punto de que ahora tiene una deuda neta de 2.000 millones de dólares, superior a su capitalización bursátil.
La cuestión es si las inversiones de crecimiento serán rentables. La dirección promete un rendimiento de las inversiones del orden del 30% al 40%, pero estas promesas son difíciles de verificar en esta fase.
Excluidas las inversiones de crecimiento, es decir, las que se limitan al mantenimiento del inmovilizado existente, y en igualdad de condiciones, Bowlero parece capaz de generar un beneficio en efectivo -o flujo de caja libre "free cash-flow" - de unos 150 millones de dólares al año.
Con una valoración bursátil de 3.900 millones de dólares, el grupo se valora, por tanto, a un elevado múltiplo de x26 su beneficio en efectivo. En otras palabras, por el momento, el mercado da crédito a las buenas promesas de la dirección.
Bowlero Corp. es un operador de centros de entretenimiento de bolos. La empresa explota centros de bolos tradicionales y conceptos de entretenimiento más exclusivos con salones para sentarse, máquinas recreativas y ofertas mejoradas de comida y bebida. La empresa también ofrece servicios de atención al cliente para particulares y eventos de grupo, así como la organización y supervisión de torneos de bolos profesionales y no profesionales y la retransmisión de eventos relacionados. La Compañía presta sus servicios a través de varias marcas, como Bowlero, Bowlmor Lanes y AMF. Los centros de la marca Bowlero ofrecen un concepto de entretenimiento de alto nivel con asientos tipo lounge, una oferta mejorada de comida y bebida y un servicio de atención al cliente para eventos individuales y de grupo. Los centros AMF son boleras tradicionales en un formato actualizado. La Compañía opera aproximadamente 345 centros de bolos en toda Norteamérica, en Estados Unidos, México y Canadá. La filial de la Compañía es AMF Bowling Centers, Inc.