Los suministros de gas de Italia procedían principalmente de Rusia antes de la invasión de Ucrania el año pasado, con importaciones de Moscú por un total de 29.000 millones de metros cúbicos (bcm) en 2021.

Roma ha estado buscando fuentes de energía alternativas durante el último año y las terminales de GNL forman parte de la estrategia, aunque han provocado protestas de las comunidades locales en los emplazamientos elegidos por el gobierno.

Pichetto Fratin declaró al diario La Stampa que las terminales de GNL podrían cubrir el 50% de las necesidades de gas de Italia, sin dar un plazo de cuándo podría alcanzarse esta cifra.

"Son más fiables que los gasoductos, que no ofrecen suficientes garantías", afirmó.

El año pasado, Italia pidió a Snam que instalara dos unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU) adicionales, una en Piombino y otra en Rávena, para aumentar la capacidad de almacenamiento del país de 17 a 27 bcm.

Dado que la última terminal flotante para GNL instalada en el puerto toscano de Piombino entró en funcionamiento a finales del mes pasado, Italia puede contar actualmente con cuatro terminales de GNL.

La planta de Rávena aún no ha entrado en funcionamiento.