El prestamista no va a dejarse "desorientar" por las crisis geopolíticas, declaró a Reuters al margen del Foro de Boao, en la provincia meridional china de Hainan, ya se trate de la guerra en Ucrania o del desacuerdo entre Estados Unidos y China sobre la reestructuración de la deuda en mercados en desarrollo como Sri Lanka.

"Cuanto más se presiona al multilateralismo, más tenemos que trabajar juntos para salvaguardarlo", dijo Jin, añadiendo que el banco necesitaba "superar todos estos vientos en contra para seguir apoyando a sus clientes de acuerdo con el mandato básico de esta institución".

La financiación del desarrollo se ha convertido en la última línea de fractura entre Washington y Pekín.

Washington ha acusado al mayor prestamista bilateral del mundo de "arrastrar los pies" en las conversaciones sobre el alivio de la deuda de países con problemas de liquidez como Sri Lanka y Zambia, mientras que Pekín argumenta que los prestamistas multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) también deberían asumir pérdidas.

El BAII tiene el "deber" de ofrecer ayuda a sus miembros, como Sri Lanka, que está tratando de obtener préstamos del FMI para rehacer sus deudas bilaterales, dijo Jin, "sobre todo cuando están en apuros".

"Pero, por otro lado, tenemos que proteger al banco en cuanto a su solvencia", añadió. "Debemos proteger nuestra calificación Triple A, para que nuestros costes de financiación no suban tanto como para que otros prestatarios se vean perjudicados".

Hasta noviembre, el BAII había financiado 194 proyectos por un total de 37.000 millones de dólares, frente a los 29.000 millones de octubre de 2021, según S&P Global Ratings.

El sector bancario fue un tema candente en el foro tras la quiebra del Silicon Valley Bank y el rescate del Credit Suisse, y el economista jefe del BAII, Erik Berglof, afirmó que el banco "no puede estar tranquilo de que no vayan a surgir nuevos candidatos a la inestabilidad", cuando se le preguntó por la exposición del BAII a la situación económica de Suiza, uno de sus países miembros.

Sin embargo, su presidente sigue siendo optimista, tanto sobre los mercados financieros europeos como sobre el AIIB.

"Nos estamos desarrollando y somos fuertes", afirmó, cuando se le preguntó si se había avanzado en la expansión de los programas del banco por el África subsahariana, América Latina y Europa del Este.

"Ahora tenemos proyectos en Ruanda, Ecuador, tenemos proyectos en países de Europa central y oriental", afirmó.