El aeropuerto de la capital alemana se inauguró el 31 de octubre de 2020, tras un retraso de años y en plena pandemia de COVID-19, cuando el desplome de la demanda causaba estragos en la industria mundial de la aviación.

Su recuperación, basada en los niveles de pasajeros de los antiguos aeropuertos de Tegel y Schoenefeld a los que sustituyó, está en marcha "pero aún con retraso", declaró Aletta von Massenbach, consejera delegada del operador FBB.

"Suponemos que el nivel de 2019 podrá alcanzarse de nuevo a partir de finales de la década", declaró von Massenbach a Reuters en una entrevista.

El objetivo es contar con unos 24,8 millones de pasajeros en BER en 2024, dijo von Massenbach. En comparación, los aeropuertos de Tegel y Schoenefeld manejaron un total combinado de 35,65 millones de personas en 2019.

En 2023, el aeropuerto de Berlín, o BER, cumplió su objetivo con unos 23 millones de pasajeros que pasaron por sus puertas, unos 3 millones más que el año anterior.

"Estamos satisfechos de cómo se ha desarrollado BER y de lo que hemos creado", declaró von Massenbach.

Sin embargo, afirmó que mientras el tráfico aéreo había vuelto a los niveles anteriores a la pandemia o los había superado en gran parte del mundo, en Alemania seguía rezagado.

"Los elevados impuestos y tasas estatales desempeñan aquí un papel importante. Por eso las aerolíneas están reduciendo sus servicios", añadió von Massenbach.

Ryanair y Easyjet, dos pesos pesados de las aerolíneas de bajo coste, han reducido sus actividades en Alemania en los últimos años, culpando a las tasas aeroportuarias comparativamente altas.