Los puestos directivos de los gigantes energéticos Enel y Eni están en juego, y se considera que la primera ministra derechista, Giorgia Meloni, está decidida a poner su sello en los puestos clave.

"Concluiremos (los nombramientos) hoy sin ningún problema", dijo el viceprimer ministro Matteo Salvini antes de una reunión del gabinete prevista para las 15.00 horas (13.00 GMT).

Las fuentes han dicho que Francesco Starace, consejero delegado de Enel desde 2014 pero que no ha encontrado el favor del círculo íntimo de Meloni, será sustituido.

Stefano Donnarumma, actualmente al frente de la red eléctrica Terna, es visto actualmente como el sucesor más probable, ya que se ganó el respaldo de Meloni, dijeron las fuentes.

Sin embargo, las conversaciones dentro de los partidos gobernantes sobre los nombramientos suelen llegar hasta el final y a veces pueden cambiar inesperadamente por caprichos políticos.

Enel es uno de los mayores actores mundiales en energías renovables, con casi 60 gigavatios (GW) de capacidad instalada.

Algunas fuentes han afirmado anteriormente que el gobierno estaba preocupado por sus deudas, que alcanzarán unos 60.000 millones de euros (65.440 millones de dólares) en 2022, frente a los 45.500 millones de 2020, cuando Starace fue nombrado para un tercer mandato.

Enel desveló en noviembre su estrategia actualizada hasta 2025, en la que se comprometía a recortar la deuda neta en 21.000 millones de euros mediante la venta de activos, al tiempo que invertía 37.000 millones de euros y aumentaba la capacidad renovable instalada en 21 GW.

Se considera probable que Claudio Descalzi, que también ocupa su puesto desde 2014, permanezca como consejero delegado de Eni otros tres años y se convierta en el jefe del grupo controlado por el Estado que más tiempo lleva en el cargo desde su fundación en 1953.

El veterano ejecutivo ayudó el año pasado a Roma a asegurarse suministros alternativos de gas cuando Moscú redujo sus flujos a Italia tras la invasión rusa de Ucrania.

Ahora se espera que Descalzi ayude al gobierno en su ambición de convertir a Italia en un importante expedidor de gas desde el norte de África y el Mediterráneo al resto de Europa.

A pesar de haberse ganado el aplauso de los inversores por los resultados financieros, la estrategia de Descalzi sigue siendo criticada por los defensores de la transición energética, que afirman que Eni debería gastar más en desarrollar sus negocios ecológicos.

Otros nombramientos en juego afectan al grupo aeroespacial Leonardo, cuyo consejero delegado, Alessandro Profumo, se ve en vías de salida.

Algunas fuentes han señalado que Roberto Cingolani, tecnócrata y ex ministro de Transición Ecológica del Gobierno de Mario Draghi, es el favorito de Meloni para sustituirle.

(1 dólar = 0,9168 euros)