MADRID (Reuters) - Ferrovial dijo el viernes que ninguno de sus inversores se acogió a la opción de separarse de la empresa española de construcción, después de que la mayoría de sus accionistas aprobara un plan para trasladar la sede de sociedad de cartera a Países Bajos desde España.

En el último día en que los inversores vendieran sus acciones si no estaban de acuerdo con el plan, la empresa dijo que no tiene conocimiento de que ningún accionista haya ejercido el derecho de separación.

Los posibles disidentes tenían la opción de volver a vender sus acciones a la empresa por 26 euros cada una.

La decisión de trasladar su sede a Ámsterdam provocó un enfrentamiento público con el Gobierno español, que acusó a Ferrovial y a su presidente, Rafael del Pino, de deslealtad a España, así como advertencias de representantes públicos de que la Agencia Tributaria examinaría de cerca a la empresa.

Durante la votación de los accionistas en abril, una minoría que incluyó al hermano del presidente de la empresa votó en contra del plan.

Leopoldo del Pino figuraba entonces como el quinto mayor inversor de la empresa, según fuentes conocedoras de la votación de los accionistas, que añadieron que su participación representaba el 5,5% de las acciones con derecho a voto en la junta.

La empresa dijo entonces que la propuesta obtuvo la aprobación del 93,3% de los accionista en su junta general anual, mientras que el 5,8% votó en contra.

El consejo de Ferrovial describió la propuesta como una forma "expedita" de solicitar la cotización en Estados Unidos, mientras que fuentes familiarizadas con el asunto dijeron a Reuters que el posible acceso a la financiación pública para la transición energética en Estados Unidos y otras subvenciones influyeron en la decisión.

Ferrovial informó la semana pasada de un aumento del 39% en sus beneficio neto del primer trimestre, debido principalmente a la subida de los peajes y a una fuerte recuperación de la movilidad en Norteamérica, donde tiene dos tercios de su negocio y busca expandirse.

(Reporte de Corina Pons; edición de Charlie Devereux y Emelia Sithole-Matarise; editado en español por Darío Fernández)