Hungría depende en gran medida de las importaciones rusas de petróleo y gas, y la subida de los precios de la energía hizo que el déficit presupuestario y por cuenta corriente se dispararan este año, lo que supone un reto para el gobierno del primer ministro Viktor Orban.

Es probable que Hungría tenga que pagar entre 17.000 y 20.000 millones de euros por su factura energética el próximo año, declaró Orban el miércoles, añadiendo que su gobierno conseguiría la financiación necesaria en el mercado.

En virtud de un acuerdo de 15 años firmado el año pasado, antes de la invasión rusa de Ucrania, Hungría recibe 4.500 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año a través de Bulgaria y Serbia en virtud de un acuerdo a largo plazo con Rusia.

Para aliviar la carga de las elevadas facturas energéticas sobre el déficit por cuenta corriente y la moneda forint, MVM alcanzó en octubre un acuerdo con la rusa Gazprom que le permite aplazar sus pagos por la compra de gas si los precios superan un determinado umbral.

El acuerdo permite a MVM pagar el gas en los próximos tres años si los precios suben.

Para apuntalar el forint, que cayó a un mínimo histórico en octubre, el Banco Nacional de Hungría anunció ese mismo mes que empezaría a proporcionar divisas de sus reservas internacionales para financiar las importaciones de energía.

Los elevados precios de la energía también obligaron al gobierno a poner fin a una política de una década de duración y a suprimir un tope de precios de la energía para los hogares de alto consumo a partir de agosto.

(1$ = 376,8800 forints)