Ping An, el mayor accionista de HSBC, pidió la semana pasada al banco con sede en Londres que buscara formas de aumentar la rentabilidad, una medida que, según algunos analistas, podría tener una motivación más política que financiera.

La fuente declinó ser identificada debido a lo delicado de la situación. Ping An, que es la mayor compañía de seguros de China, no respondió a las solicitudes de comentarios. HSBC declinó hacer comentarios.

El mayor prestamista europeo por activos totales no ha comentado la propuesta de Ping An, pero defendió su estructura la semana pasada, diciendo en un comunicado que creía que tenía la estrategia correcta y estaba centrado en la entrega. Los accionistas de HSBC se han enfrentado a la idea de una escisión varias veces en los últimos años, ya que los decepcionantes beneficios de los negocios del Reino Unido, Europa y Estados Unidos y el incumplimiento de las promesas de rendimientos de dos dígitos han lastrado las acciones del banco.

Sin embargo, algunos inversores han acogido la propuesta con tibieza esta semana, temiendo que una división resulte compleja y no garantice un aumento de la rentabilidad. "En la medida en que la rama asiática vea un aumento de valor, una división podría tener sentido", dijo Steve Clayton, gestor del fondo Hargreaves Lansdown Select. "Sin embargo, los inversores occidentales podrían adoptar el punto de vista opuesto; trasladar gran parte del valor de HSBC fuera de la regulación británica y al alcance de un entorno regulador chino cada vez más asertivo podría ser visto como un movimiento negativo."

El año pasado, HSBC generó el 52% de sus ingresos totales de 49.600 millones de dólares en Asia y el 65% de sus beneficios antes de impuestos procedieron de la región.

Un asunto financiero pero también político

Ping An dijo la semana pasada que apoyaba todas las propuestas de reforma que pudieran ayudar a aumentar el valor a largo plazo de HSBC. Ping An tenía una participación del 8,23% en HSBC a principios de febrero de 2022. Informó por primera vez de una participación del 5% en HSBC a finales de 2017. La entidad estatal china Shenzhen Investment Holdings Co es el segundo mayor accionista de Ping An y otra entidad estatal, Central Huijin Investment, está entre sus cinco principales accionistas, según los archivos de la empresa.

Según algunos inversores y analistas, una división asiática también podría conducir a un mayor coste del capital a largo plazo, invirtiendo las rápidas ganancias de las nuevas cotizaciones. El llamamiento de Ping An al cambio se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas entre Occidente y China, y podría animar a los inversores a mirar más allá de las fuerzas financieras en juego.

Citando a personas dentro de las empresas estatales chinas y del HSBC, Reuters informó el año pasado de que Pekín se había desencantado con el banco por cuestiones legales y políticas delicadas, desde la represión de China contra Hong Kong hasta la acusación de Estados Unidos contra un ejecutivo del campeón tecnológico chino Huawei Technologies.

En 2016, HSBC decidió mantener su sede en Londres, rechazando la opción de trasladar su centro de gravedad de nuevo a Hong Kong, su principal centro de generación de beneficios, tras una revisión de 10 meses. HSBC se fundó en Hong Kong en 1865 como The Hongkong and Shanghai Banking Corporation. Ese año también abrió oficinas en Shanghai y Londres para apoyar el comercio internacional.