La huelga de los camioneros sindicalizados que reclaman una mayor remuneración ha paralizado puertos como el de Busan, en la economía de las dinámicas de exportación, obstaculizando el envío de componentes y productos acabados para las industrias del automóvil, el acero, el cemento y el licor.

El fabricante de acero POSCO tiene previsto detener algunas plantas a partir del lunes por falta de espacio para almacenar los productos no enviados. El fabricante de automóviles Hyundai Motor ha recortado la producción en algunas líneas.

La prolongación de las luchas laborales podría poner a prueba al presidente Yoon Suk-yeol, un novato político que asumió el cargo hace cinco semanas, distrayendo potencialmente su agenda conservadora y aumentando el riesgo de un antagonismo a largo plazo con los poderosos sindicatos.

Se esperaba que cientos de huelguistas se unieran el lunes al centenar que se había reunido el domingo en la puerta principal de un enorme complejo de la fábrica de Hyundai Motor en la ciudad sureña de Ulsan, cerca de Busan, dijo un funcionario sindical.

Decenas de personas han sido detenidas por la policía, según los medios de comunicación locales, pero su protesta ha sido hasta ahora mayoritariamente pacífica. El sindicato y el gobierno de Yoon se han reunido en cuatro ocasiones pero no han conseguido llegar a un acuerdo.

Se estima que alrededor de una cuarta parte de los 22.000 miembros del sindicato Solidaridad de Camioneros de Carga, que protestan contra la subida de los precios del combustible y exigen garantías salariales mínimas, participarán en la acción industrial del domingo, según el Ministerio de Tierra.

El ministerio ha instado a los camioneros a que vuelvan al trabajo, pero dijo que trataría de reflejar sus demandas en el proceso legislativo y seguiría intentando poner fin a la contienda mediante el diálogo con el sindicato.

Los camioneros exigen una prórroga de los subsidios, que expiran este año, y que garantizan los salarios mínimos a medida que aumentan los precios del combustible. El gobierno dice que depende del parlamento la posibilidad de cambiar la legislación.

Mientras la economía mundial lucha con los cuellos de botella de la oferta, cualquier desaceleración prolongada en la producción y los envíos de chips, productos petroquímicos y automóviles podría aumentar la preocupación por el aumento de la inflación y la desaceleración del crecimiento.

La inflación de Corea del Sur alcanzará este año el nivel más alto de los últimos 24 años, el 4,8%, según declaró la semana pasada la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, al tiempo que recortó su previsión de crecimiento al 2,7% desde la proyección de diciembre del 3,0%.