El fabricante surcoreano de automóviles Kia afirmó el miércoles que el retraso recién anunciado de la política británica de prohibir la venta de coches nuevos de gasolina y diesel podría causar confusión en la industria y los consumidores, y perturbar las cadenas de suministro.

En un comunicado, Kia afirmó que la medida "altera las complejas negociaciones de la cadena de suministro y la planificación de los productos, al tiempo que puede contribuir a la confusión de los consumidores y la industria". Es decepcionante ver cómo el Gobierno británico retrasa unos planes en los que muchos están trabajando e invirtiendo". (Reportaje de Sachin Ravikumar; redacción de William James, edición de Kylie MacLellan)