En lugar del habitual aumento porcentual, los fabricantes de medicamentos y productos químicos acordaron pagar a los trabajadores 1.400 euros a cada uno (1.534 dólares), y las empresas que se encuentren por debajo de un determinado umbral de rentabilidad sólo pagarán 1.000 euros por trabajador, dijeron el grupo de empresarios y el sindicato IG BCE en declaraciones separadas.

Las negociaciones salariales para los 580.000 empleados se reanudarán en octubre, añadieron.

"Las ramificaciones de esta guerra supondrán grandes retos para nuestra industria en los próximos años. Es aún más importante que los interlocutores sociales permanezcan unidos", dijo el presidente de la patronal, Kai Beckmann, que es miembro de la junta directiva de Merck KGaA.

Alemania, que depende de Rusia para el 40% de su gas natural y el 25% de las necesidades de petróleo, ha apoyado las sanciones occidentales contra Rusia, pero se ha resistido a la perspectiva de un recorte del suministro energético a corto plazo.

Es probable que Alemania se enfrente a una fuerte recesión, con la industria química intensiva en energía expuesta en particular, si las sanciones se extendieran al gas y al petróleo rusos.

El poder adquisitivo de los trabajadores ya se está viendo afectado por una inflación del 7,6% en marzo, el nivel más alto en Alemania en más de 40 años, al dispararse los precios del gas natural y los productos petrolíferos.

Las conversaciones salariales eran las primeras que debían concluir en un sector industrial en Alemania tras la invasión de Ucrania.

Los bancos del sector público alemán acordaron la semana pasada pagar a sus trabajadores un 3% más a partir de julio y otro 2% más un año después, lo que afectará a 60.000 empleados.

(1 dólar = 0,9124 euros)