Interros, el mayor accionista de Nornickel, calificó el lunes de infundadas las alegaciones de su socio Rusal sobre la venta de activos infravalorados, el último paso en una larga disputa entre dos de las mayores empresas metalúrgicas rusas.

Rusal ha alegado que la venta de algunas unidades de negocio, incluido un operador logístico y las aerolíneas Nordstar, provocaron pérdidas a los accionistas de Nornickel y que los activos se vendieron deliberadamente a precios infravalorados para evitar un mayor escrutinio por parte de los accionistas, informó el lunes el diario Vedomosti, citando material judicial.

Nornickel es el mayor productor mundial de paladio y un importante minero de níquel refinado. El presidente Vladimir Potanin posee una participación del 37% en Nornickel a través de su holding Interros, mientras que Rusal posee el 26,4% y el antiguo propietario del Chelsea Football Club, Roman Abramovich, tiene una participación del 4%.

Rusal está demandando a Potanin en Londres, alegando que violó un acuerdo de accionistas firmado en diciembre de 2012, causando pérdidas a los accionistas, incluida Rusal. Roman Abramovich y su empresa Crispian Investments Ltd se añadieron posteriormente como demandados en el caso.

El acuerdo de accionistas, que había protegido el pago de dividendos de Nornickel, expiró a finales de 2022. Los desacuerdos sobre los dividendos y la gobernanza han sido el principal motivo de las idas y venidas entre las dos empresas a lo largo de los años.

"Interros cree que las afirmaciones de Rusal son infundadas", dijo Interros en Telegram. "Para todas estas transacciones, la dirección de Nornickel presentó los resultados de los controles al comité de auditoría del consejo de administración, que no revelaron ninguna violación ni perjuicio para la empresa.

"Creemos que las acciones de Rusal tienen como objetivo aumentar los riesgos de sanciones para Nornickel".

Un portavoz de Rusal, citado por Vedomosti, dijo que aunque Nornickel no estaba implicada en la disputa y no era parte en el caso, la demanda respondía a los intereses de Nornickel y de sus accionistas minoritarios. (Reportaje de Anastasia Lyrchikova; redacción de Alexander Marrow; edición de Barbara Lewis)