Madrid lanzará hacia julio una nueva versión más flexible del plan PERTE, dotado con 2.000 millones de euros (2.200 millones de dólares), después de que la ronda de financiación inicial del año pasado fracasara, al asignarse sólo el 27% de los 2.900 millones de euros previstos.

Espera que el programa, que se nutre de los fondos de ayuda a la pandemia de la Unión Europea, ayude a España -segundo productor europeo de automóviles- a mantenerse en la carrera de los vehículos eléctricos tras haber perdido la inversión frente a rivales de la región y de más lejos.

Con las subvenciones ofrecidas por Estados Unidos en el marco de la Ley de Reducción de la Inflación, que se suman a la competencia de los países de menor coste del este de la UE, la ampliación de la capacidad de los VE se considera vital para el futuro industrial de España.

"España lo intentó lo mejor que pudo con el primero (PERTE), pero tenemos que asegurarnos de que el segundo sea mucho mejor y más flexible", afirmó Wayne Griffiths, consejero delegado de la unidad española de Volkswagen, SEAT, y presidente de la asociación española de fabricantes de vehículos ANFAC.

"Tenemos que acelerar. No podemos permitirnos perder más tiempo".

VW presentará una nueva solicitud del PERTE, que podría implicar la fabricación de más vehículos eléctricos o el montaje de baterías en España, proyectos no cubiertos por los fondos que recibió el año pasado.

La francesa Renault, que según los registros recibió 40 millones de euros en el primer PERTE, también tiene intención de participar en la nueva ronda de financiación, según dijo a Reuters su director de estrategia y responsable del mercado español, Josep Maria Recasens.

Dependiendo del calendario y las condiciones, Renault podría decidir fabricar más coches híbridos en España, dijo Recasens.

España consiguió la autorización de la Comisión Europea para flexibilizar las normas del PERTE después de que se culpara a la estricta condicionalidad de la baja aceptación del año pasado, lo que provocó la destitución de dos altos cargos del Gobierno.

José María López, que se encarga ahora del programa, dijo que confiaba en que los 2.000 millones de euros restantes del plan se desembolsarán en dos licitaciones gemelas, para la producción de VE y baterías, que se lanzarán en torno a julio.

Las ofertas serán ahora individuales, en lugar de a través de asociaciones de grandes y pequeñas empresas, y los criterios de selección serán más sencillos. El plazo de ejecución de las inversiones se ha ampliado hasta 2028 desde el 2025 del primer plan, un cambio que Griffiths, de VW, calificó de "buena noticia".

"AÑO PERDIDO"

Stellantis está en "conversaciones directas con el Gobierno español en el contexto del aumento de la producción de BEV (Vehículos Eléctricos de Batería) en España", dijo un portavoz de la empresa franco-italiana, entre cuyas marcas se encuentran Fiat y Peugeot.

Stellantis ya fabrica VE en España y recibió 67 millones de euros del primer PERTE, pero podría solicitar más fondos para impulsar la producción.

El renovado programa también está atrayendo a nuevos actores.

La italiana AEHRA, que se fundó el año pasado y aspira a producir sus primeros VE en 2026, podría solicitar fondos del PERTE al considerar a España como una opción de fabricación junto a Italia o Europa Central, dijo el cofundador y consejero delegado Hazim Nada.

Griffiths afirmó que utilizar los fondos de la UE es "esencial" para el futuro de España, ya que de otro modo algunas inversiones serían inviables.

Pero advirtió de que 2022 era un "año perdido" para los objetivos de electrificación de España, e instó a avanzar más en los planes para promover las ventas de VE y ampliar la red de recarga. A diferencia de Alemania, primer productor europeo de automóviles, España carece de un fabricante nacional que abogue por la causa del VE.

Con la UE dispuesta a prohibir los coches nuevos que emitan CO2 a partir de 2035, los datos de ANFAC muestran que las ventas españolas de VE e híbridos enchufables como proporción de las ventas totales están más de 10 puntos porcentuales por detrás de la media de la UE y de las vecinas Francia y Portugal.

Los países europeos que producen menos coches que España -entre ellos Francia y Hungría- han atraído entretanto más inversiones en plantas de baterías hasta la fecha, según la consultora Benchmark Mineral Intelligence.

El sector de la automoción representa alrededor del 8% de la economía española y el 9% de sus puestos de trabajo.

ESPERANZAS EN LAS BATERÍAS

El renovado PERTE incluirá una línea de financiación específica para la fabricación de baterías.

"El sector ve con buenos ojos el rediseño", dijo López, comisario del PERTE.

Reuters informó en febrero de que el grupo indio Tata estaba estudiando España o Gran Bretaña como posibles ubicaciones de fábricas de baterías, y la eslovaca InoBat también está considerando construir una fábrica en España.

La china Envision ha manifestado su intención de establecer una planta de baterías en España, mientras que el diario español Expansión afirmó el lunes que la china BYD Co, el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, podría realizar un movimiento similar, recibiendo potencialmente fondos del PERTE.

El Gobierno espera evitar tensiones pasadas con las empresas automovilísticas.

En la ronda PERTE del año pasado, VW-SEAT recibió el mayor desembolso, de 357 millones de euros, pero esperaba más.

Una fuente con conocimiento directo del asunto dijo que la dirección de SEAT había dicho al gobierno que eran "900 (millones de euros) o nada", amenazando con cancelar sus inversiones previstas en vehículos eléctricos y baterías antes de aceptar la asignación.

El Gobierno creía que VW "no tenía un plan B" si daba marcha atrás en la construcción de su fábrica de baterías para el sur de Europa en España, dijo la fuente. El fabricante de automóviles no alteró sus planes.

Preguntado por la supuesta demanda de 900 millones de euros, Griffiths, de SEAT, declinó hacer comentarios, aunque reconoció que los resultados del PERTE estaban "muy lejos de nuestras expectativas".

(1 dólar = 0,9165 euros)