A mediados de diciembre, un decreto precisará qué coches eléctricos franceses podrán beneficiarse de la nueva bonificación ecológica que tiene en cuenta la huella de CO2 de la producción de vehículos, anunció el lunes el Ministerio de Economía.

Al reducir el CO2 importado, las nuevas normas de bonificación deberían permitir reducir la huella de carbono de Francia hasta 800.000 toneladas equivalentes de CO2 al año, añadió Bercy en vísperas de la publicación en el Journal Officiel del decreto que condiciona la elegibilidad para esta dotación anual de 1.000 millones de euros a los resultados medioambientales de la producción de vehículos y sus baterías.

El Gobierno también quiere asegurarse de que las ayudas no se destinen principalmente a los vehículos producidos en China, un país a la vanguardia de la tecnología eléctrica y la química de las baterías.

"La transición energética debe contribuir a crear fábricas y empleos industriales en Francia", declaró Agnès Pannier-Runacher, ministra de Transición Energética, citada en el comunicado de prensa. "Al imponer un criterio medioambiental sobre la prima ecológica y el arrendamiento social, estamos dando una ventaja a las empresas francesas y europeas que se esfuerzan por reducir su huella medioambiental". (Reportaje de Gilles Guillaume, escrito por Bertrand Boucey, editado por Blandine Hénault)