Los bancos están cada vez más en el punto de mira de los inversores y de los activistas por su papel en la financiación del carbón, el petróleo y el gas, que son las principales causas de las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre.

La mayoría de los bancos más importantes se han comprometido a alcanzar las emisiones netas cero en toda su financiación para el año 2050.

Pero, a pesar de que la Agencia Internacional de la Energía ha dicho que no deben desarrollarse nuevos yacimientos de petróleo y gas para que el mundo alcance sus objetivos climáticos, el informe mostró que la financiación sigue fluyendo.

El año pasado, se proporcionaron 185.500 millones de dólares a las 100 empresas que más están haciendo para ampliar la producción, según el informe Banking on Climate Chaos, elaborado por ONGs como Rainforest Action Network, BankTrack y Oil Change International.

El informe abarcaba las operaciones de préstamo, así como la suscripción de los mercados de capital y de deuda.

"Estas instituciones financieras son directamente cómplices de socavar un futuro climático estable para todos nosotros y deben poner fin inmediatamente a su apoyo a cualquier nueva expansión de las infraestructuras de combustibles fósiles", afirmó Alison Kirsch, directora de investigación y política deRainforest Action Network.

Aunque los préstamos globales apenas variaron con respecto a los 750.000 millones de dólares del año anterior, siguieron siendo más elevados que en 2016 y 2017, a pesar de que la economía mundial aún se está recuperando de la pandemia del COVID, según el informe.

Los préstamos globales al sector de los combustibles fósiles siguieron estando dominados por los bancos norteamericanos, como JPMorgan, Wells Fargo, Scotiabank y RBC, todos los cuales aumentaron su financiación con respecto a 2021, según el informe.

En el caso de las arenas bituminosas, que requieren altos niveles de energía para extraer el petróleo, la financiación aumentó un 51%, hasta los 23.300 millones de dólares, según el informe, liderado por los bancos canadienses, entre ellos TD.

"Nuestro planeta está ante un punto de no retorno, y las mayores instituciones financieras del mundo están echando gasolina al fuego", dijo la congresista estadounidense Rashida Tlaib.

Un portavoz de JPMorgan dijo que el banco estaba tomando "medidas pragmáticas" para cumplir su objetivo de reducción de emisiones para 2030 en el sector, "al tiempo que ayuda al mundo a satisfacer sus necesidades energéticas de forma segura y asequible".

El RBC afirmó que estaba trabajando con las partes interesadas para reducir las emisiones y dijo que el informe de las ONGs históricamente no daba cuenta de cómo se estaba utilizando la financiación, ni de los planes de sostenibilidad y transición de los receptores.

TD dijo que aún no había analizado el informe en detalle, por lo que no podía hacer comentarios al respecto, pero añadió que estaba haciendo "progresos significativos" en sus objetivos medioambientales, sociales y de gobernanza.

Scotiabank declinó hacer comentarios. Wells Fargo no estuvo disponible de inmediato para hacer comentarios.