La unidad Daihatsu de Toyota Motor detendrá los envíos de todos sus vehículos, dijo el miércoles el mayor fabricante de automóviles de Japón, después de que una investigación sobre un escándalo de seguridad encontrara problemas en 64 modelos, incluyendo casi dos docenas vendidos bajo la marca Toyota.

Un panel independiente ha estado investigando a Daihatsu después de que en abril dijera que había amañado las pruebas de seguridad de colisión lateral realizadas a 88.000 coches pequeños, la mayoría de los vendidos como Toyota.

Pero las últimas revelaciones sugieren que el alcance del escándalo es mucho mayor de lo que se pensaba y podría empañar la reputación de calidad y seguridad de los fabricantes de automóviles.

Daihatsu es la unidad de coches pequeños de Toyota y produce varios de los llamados coches y camiones más pequeños "kei" que son populares en Japón. Los últimos problemas también afectaron a algunos modelos de Mazda y Subaru vendidos en el mercado nacional y a modelos de Toyota y Daihatsu en el extranjero, según el panel.

Toyota dijo que era necesaria una "reforma fundamental" para revitalizar Daihatsu, así como una revisión de las operaciones de certificación.

"Esta será una tarea extremadamente significativa que no podrá realizarse de la noche a la mañana", dijo Toyota en un comunicado. "Requerirá no sólo una revisión de la gestión y las operaciones comerciales, sino también una revisión de la organización y la estructura".

Las acciones de Toyota se mantuvieron planas el miércoles por la tarde, a la zaga de una subida del 1,6% en el mercado más amplio.

Se descubrió que Daihatsu había hecho trampas en las pruebas de seguridad de casi todos los modelos que tiene actualmente en producción, así como de algunos coches que fabricó en el pasado, según informó previamente el diario Asahi.

El asunto surgió después de que Daihatsu dijera en abril que había descubierto las pruebas mal realizadas tras un informe de un denunciante. Informó del problema a las agencias reguladoras y detuvo el envío de los modelos afectados.

Al mes siguiente, dijo que había suspendido las ventas del vehículo eléctrico híbrido Toyota Raize y de su propio modelo Rocky tras descubrir también problemas en las pruebas de esos modelos.

Daihatsu fabricó 1,1 millones de vehículos en los 10 primeros meses del año, casi el 40% de ellos en centros en el extranjero, según datos de Toyota. Vendió unos 660.000 vehículos en todo el mundo durante ese periodo y representó el 7% de las ventas de Toyota.

Toyota dijo el miércoles que los modelos afectados incluían los destinados a los mercados del sudeste asiático de Tailandia, Indonesia, Malasia, Camboya y Vietnam y a los países de América Central y del Sur de México, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Uruguay.

El de Daihatsu es el último problema de seguridad que ha afectado al grupo Toyota en los últimos años.

En 2022, un escándalo relacionado con los datos de los motores en la unidad de fabricación de camiones y autobuses de Toyota, Hino Motors, provocó dimisiones y recortes salariales temporales de algunos directivos.

En aquel caso, Hino admitió haber falsificado datos sobre algunos motores que se remontaban a 2003, o al menos una década antes de lo que indicaba en un principio.

En 2010, el entonces presidente ejecutivo de Toyota, Akio Toyoda, se vio obligado a declarar ante el Congreso de EE.UU. por una crisis de seguridad relacionada con unos aceleradores defectuosos. (Reportaje de Daniel Leussink; Redacción de David Dolan; Edición de Muralikumar Anantharaman)