Las fábricas de Asia obtuvieron unos resultados muy irregulares en enero, según mostraron las encuestas el jueves, ya que la débil demanda china dejó a las economías de la región en una situación inestable a comienzos de 2024.

El índice privado de gestores de compras (PMI) manufacturero Caixin/S&P Global de China se mantuvo en 50,8 en enero, sin cambios respecto a diciembre y superando la marca de 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción.

La lectura contrastó con una encuesta oficial que mostró que la actividad manufacturera se contrajo por cuarto mes consecutivo. Las presiones deflacionistas también fueron una lacra persistente en la segunda economía mundial, lo que sugiere una debilidad subyacente de la demanda.

En conjunto, apuntan a una economía que sigue rindiendo por debajo de lo esperado y respaldan las expectativas del mercado de más medidas de apoyo político este año.

El panorama fue desigual para las economías asiáticas, con algunas soportando mejor que otras el peso de la blanda demanda china.

La actividad fabril de Corea del Sur se expandió en enero por primera vez en 19 meses gracias a la mejora de la demanda de bienes en mercados clave como Estados Unidos y China.

Pero la actividad se contrajo en Taiwán y Malasia, y se expandió a un ritmo más lento en Filipinas, según mostraron las encuestas.

"Para países como Corea del Sur, el golpe de la débil demanda china se vio compensado en cierta medida por la resistencia de las exportaciones a Estados Unidos", afirmó Toru Nishihama, economista jefe de mercados emergentes del Instituto de Investigación Dai-ichi Life.

"Pero tanto la demanda externa como la interna parecen débiles en China. Eso significa que la economía mundial carece de un motor clave del crecimiento, lo que es un mal presagio para las economías asiáticas", afirmó.

La actividad manufacturera en Japón también se contrajo por octavo mes consecutivo en enero, al desplomarse la producción y los nuevos pedidos, y algunos analistas advirtieron del impacto de la suspensión de la producción en Daihatsu, una unidad del gigante automovilístico Toyota Motor Corp.

El plan de producción del grupo Toyota tiene un impacto crítico en la economía de Japón, ya que afecta a muchos proveedores de piezas repartidos por todo el país.

La producción industrial de Japón aumentó en diciembre, pero los fabricantes encuestados por el gobierno esperan que la producción caiga un 6,2% en enero, según mostraron los datos el miércoles, y un funcionario del gobierno citó el impacto de la suspensión de la producción de Daihatsu.

El Fondo Monetario Internacional revisó el miércoles al alza su previsión de crecimiento para Asia, proyectando una expansión del 4,5% este año, impulsada por la robusta demanda estadounidense y el impulso de las medidas de estímulo previstas en China.

Sin embargo, señaló que la recuperación sería divergente entre las distintas economías, con Japón probablemente viendo cómo el crecimiento se ralentiza hasta el 0,9%, en contraste con una expansión prevista del 6,5% en India. El FMI espera que la economía china se expanda un 4,6% este año, ralentizándose desde el 5,2% de 2023. (Reportaje de Leika Kihara Edición de Shri Navaratnam)