NUEVA YORK, 15 abr (Reuters) -Donald Trump se convirtió este lunes en el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar un juicio penal al comparecer ante el tribunal de Manhattan por los cargos derivados del pago de dinero para silenciar a una actriz porno que podría complicar su intento de recuperar la Casa Blanca.

Vestido con su característico traje azul y corbata roja, Trump, de 77 años, se sentó a la mesa de la defensa mientras el juez Juan Merchán denegaba las peticiones de sus abogados para que el magistrado se inhibiera del caso y ampliara el interrogatorio a los posibles miembros del jurado.

El equipo legal de Trump ha presentado durante meses un aluvión de mociones legales para retrasar o desbaratar los cuatro casos penales contra él.

Se espera que la selección de 12 miembros del jurado y seis suplentes de entre un grupo de residentes en Manhattan dure aproximadamente una semana, a la que seguirá el testimonio de los testigos, en un juicio al que Trump está obligado a asistir y que se espera dure hasta mayo.

Los fiscales del estado de Nueva York le acusan de falsificar registros para encubrir un pago de 130.000 dólares en los últimos días de la campaña presidencial de 2016 para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels sobre un encuentro sexual que ella ha dicho que tuvieron en 2006.

Trump ha negado tal relación. El año pasado se declaró inocente de 34 cargos de falsificación de registros comerciales en el caso presentado por el fiscal del distrito de Manhattan, el demócrata Alvin Bragg, en un tribunal del estado de Nueva York.

La policía hacía guardia frente al tribunal en medio de un laberinto de barricadas, y helicópteros seguían de cerca la caravana de todoterrenos negros que trasladó a Trump desde su apartamento de la Torre Trump.

Un grupo de manifestantes, reunidos en la plaza de enfrente, portaban pancartas pintadas a mano en las que se leía "PERDEDOR" y "condenen ya a Trump".

Aunque el caso es considerado por algunos expertos legales como el menos trascendente de los cuatro procesos penales a los que se enfrenta, es el único que tiene garantizado ir a juicio antes de las elecciones del 5 de noviembre.

El empresario reconvertido en político, que ocupó la presidencia entre 2017 y 2021, ha aprovechado anteriores comparecencias ante los tribunales para arengar a sus partidarios y afirmar que está siendo perseguido por sus enemigos políticos.

A lo largo del último año, Trump ha criticado a testigos, funcionarios judiciales y familiares de los implicados en las distintas causas judiciales, lo que ha llevado a Merchan y a otros dos jueces a imponer órdenes de mordaza limitadas contra él. Trump ha intentado sin éxito obligar a Merchan a apartarse, argumentando que se enfrenta a un conflicto de intereses porque la hija del juez ha trabajado con políticos demócratas.

"Esto es un ultraje", dijo Trump, quien ha pintado todos los casos penales en su contra como un complot de los demócratas de Biden para socavar su campaña presidencial, antes de entrar en la sala. "Esto es una persecución política".

En sus otros tres casos penales, se le acusa de manejo indebido de información clasificada y de intentar anular su derrota en las elecciones de 2020 ante el demócrata Joe Biden.

Un sondeo de Reuters/Ipsos publicado la semana pasada reveló que casi dos de cada tres votantes consideraban las acusaciones del caso al menos algo graves. Uno de cada cuatro de sus compañeros republicanos y la mitad de los independientes dijeron que no votarían a Trump si fuera condenado por un delito grave.

Daniels y el ex abogado de Trump, Michael Cohen, que ha declarado que hizo los pagos a Daniels, están entre los testigos que se espera que declaren, mientras que Trump ha dicho que planea testificar en su propia defensa, una propuesta arriesgada que lo abriría a un interrogatorio de sondeo por parte de los fiscales.

(Reporte de Luc Cohen y Jack Queen en Nueva York; reporte adicional de Doina Chiacu en Washington; Escrito por Andy Sullivan; Editado en Español por Ricardo Figueroa y Héctor Espinoza)