"Con la Ley de Chips ahora acordada, estamos enviando una fuerte señal a todos ustedes, en Europa y fuera de ella, de que Europa está abierta a los negocios", dijo en una conferencia de empresas de semiconductores en Amberes.

La Ley Chips es la respuesta de Europa a planes similares para fomentar la fabricación de semiconductores en EE.UU. y China, así como en Taiwán, Corea del Sur y Japón.

Breton repitió los objetivos de duplicar la cuota de Europa en toda la fabricación de chips hasta alcanzar el 20% del total mundial, frente al 10% actual, aunque los expertos afirman que el plan de la UE representa menos apoyo del que ofrecen EE.UU. o China.

Breton dijo que el plan era el modelo para una nueva generación de políticas industriales más asertivas que incluyan "un apoyo directo a la base de fabricación en Europa a lo largo de toda la cadena de suministro: ser excelente en investigación no es suficiente. Para ser industrialmente relevante, hay que construir fábricas y producir en Europa".

También rechazó la idea de que Europa sólo deba centrarse en los puntos fuertes existentes en la fabricación de chips relativamente antiguos, sobre todo para su industria automovilística.

"Rechazamos cualquier intento de segmentación geográfica en la que Europa produciría nodos maduros (chips informáticos), mientras que Asia y EE.UU. producirían nodos avanzados", afirmó.

Breton añadió que aunque la UE trabajará con sus aliados, "Europa defenderá igualmente sus intereses industriales y su liderazgo cuando estén en juego".

Hablaba en un acto organizado por el Centro Interuniversitario de Microelectrónica (IMEC), una de las principales empresas europeas de investigación sobre semiconductores.

Señaló que la Ley de Chips ha dado lugar a nuevos proyectos previstos por Intel, Infineon, STMicroelectronics y Global Foundries. TSMC, que fabrica los chips más avanzados del mundo, está considerando la posibilidad de invertir en Alemania.