Se prevé que la demanda aparente de acero, que mide la producción de los productores de acero más las importaciones netas menos las exportaciones netas, aumente un 3,2% en 2022 tras un repunte previsto del 13,8% el año pasado. El crecimiento de la demanda se prevé en un 1,7% en 2023.

"Las continuas interrupciones de la cadena de suministro, el aumento vertiginoso de los precios de la energía y el carbono, así como la persistencia de la inflación, están poniendo en peligro la recuperación del sector siderúrgico", afirmó Axel Eggert, director general de la Asociación Europea del Acero.

Estos factores van a tener un impacto significativo en la demanda de los sectores que utilizan el acero hasta al menos el segundo trimestre de este año, añadió.

El mayor fabricante de automóviles de Europa, Volkswagen, registró en 2021 sus cifras de ventas más bajas en 10 años y el mes pasado dijo que esperaba que las condiciones de la cadena de suministro siguieran siendo volátiles en la primera mitad de este año.

Eurofer publicó los datos del tercer trimestre de 2021, según los cuales la demanda de acero de la UE aumentó un 14,3% interanual, hasta los 36 millones de toneladas, pero el crecimiento se redujo respecto al 40,9% del trimestre anterior.

La demanda se recuperó el año pasado de la debilidad de 2020, cuando los cierres de COVID-19 la hicieron caer un 10,7%.

Las importaciones de acero aumentaron en el tercer trimestre un 47,7%, añadió Eurofer.